El accionar de Petro no es oposición constructiva, es oposición destructiva y subversiva al servicio de la Habana.
Por José León Jaramillo Jaramillo (foto)
El Presidente Duque tiene que enderezar el rumbo. No puede volver a mentir como Santos o como Petro, tiene que volverse a ganar la confianza de sus gobernados. Tiene que entender que, como bien lo decía el Libertador, “Para vencer, primero hay que convencer” y, sobre todo, debe anteponer los intereses de las clases menos favorecidas a los de los rapaces y abusivos grupos de banqueros y mercaderes, corruptos e indolentes, pues si no lo hace estaría entregándole el país a los lobos del Petro castrochavismo, para que lo destrocen a dentelladas, como lo hicieron con Venezuela y esperan hacerlo aún con la Madre Patria. JLJ
“…hay otra organización transnacional que también corrompió y robó. Más aún, desplazó, secuestró, torturó, asesinó, violó niños, narcotraficó por décadas. Durante medio siglo arrasó con todo lo que pudo y, sin vergüenza, exhibe orgullosa su escabroso pasado. Hoy sus cabecillas son congresistas prevalidos de una aberrante impunidad, les tenemos que pagar cuantiosos salarios de nuestros exiguos bolsillos y cuando les preguntan sobre Odebrecth y el Fiscal, hablan cínicamente de ética y moral.” John Marulanda
La constituyente es necesaria, porque la situación del país cada día empeora más y los grandes problemas nacionales (seguridad, narcotráfico, corrupción, justicia, salud, educación y alimentación entre otros) no van a encontrar solución sin que el ejecutivo soborne al Congreso y a las Cortes, incrementando por contera la corrupción reinante y terminado de destruir la democracia, al darle, con ello, un entierro de tercera a la separación de poderes.
El país no puede seguir así, mientras los medios de comunicación le echan gasolina al fuego, manteniéndonos en una nueva patria boba, para incrementar el rating. ¡Sinvergüenzas!
Porque se avecina el caos. Estaba el país paralizado durante el periodo electoral como igualmente las inversiones nacionales y extranjeras, mientras los colombianos decidíamos quien llevaría las riendas del país, si Petro, el defensor de un comunismo castrochavista radical o Duque, señalado de derechista. (Lea la columna).
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