Vistazo los hechos: Medellín, entre los alumbrados y el abandono total

Por Gabriel Zapata Correa 

“No todo lo que brilla es oro”. Este adagio popular invita a desconfiar de las apariencias y, en su lugar, a valorar la sustancia de las personas y el mundo que nos rodea. 

Pero el verdadero creador de esta frase es nada más y nada menos que el dramaturgo William Shakespeare que la usó por primera vez en su obra “El Mercader de Venecia”. 

Pero bien, de todas maneras, viene como anillo al dedo para reflejar todo lo que está viviendo Medellín en esta época decembrina que apenas comienza a relucir, si es que se puede utilizar esta palabra. 

Porque no nos podemos llamar a engaños, ni creernos las verdades a medias o las mentiras completas que nos quiere meter el alcalde de la ciudad, Daniel Quintero. Las cosas las tenemos muy claras los medellinenses. 

Mientras aparece en público bañado en agua de rosas, como dicen las abuelas, a echarse flores por la inauguración de la tradicional y espectacular fiesta anual de los alumbrados, Medellín está sumida en un basurero completo y en un vergonzoso mar de rastrojo que invade jardines, antejardines e intersecciones viales. Basta salir a las calles y avenidas de la ciudad para presenciar este bochornoso espectáculo, que nos apena ante todo mundo. Y penar que antes éramos ejemplo nacional de limpieza y embellecimiento. 

Pero desafortunadamente Medellín luce como la quiere ver el alcalde: desaseada y horrible. 

Ah lejos estamos de aquella frase que nos enorgulleció siempre: ¡Medellín, la tacita de plata! Ahora la podemos llamar, para desilusión de todos: ¡Medellín, el contenedor de las basuras! 

Pero lo más triste, es que, por la coyuntura de estas festividades, la misma Alcaldía tiene proyectado atraer a más de 3 millones de visitantes, entre propios y de otras regiones, y que la ocupación hotelera se mantenga superior al 75 % durante las festividades de fin de año. 

Las proyecciones económicas del Observatorio Turístico de la Alcaldía indican que, para la temporada decembrina de este año, la ciudad recibirá alrededor de 250.000 turistas, de los cuales 100.000 ingresarán por terminales aéreas. Con esta dinámica, se estima un derrame económico por encima de los $178.000 millones. ¡La imagen que se llevarán de Medellín! 

Es una verdadera lástima. Porque esa es la imagen que el alcalde Quintero quiere vender de Medellín, seguramente para que turistas y visitantes hablen mal de ella, para disfrute y satisfacción del mandatario. Porque obras son amores y no buenas razones. 

El tema de las basuras va mucho más allá del triste espectáculo que usted está viendo en las calles. De los 110 vehículos recolectores de residuos, unos 35 tienen problemas graves de mantenimiento, o sea una tercera parte, causa principal de los accidentes de tránsito en los que se ven involucrados camiones de EEVV, como el ocurrido el pasado 27 de octubre en la carrera 80 con calle 80. 

Es triste recordar que en ese tráfico accidente falleció el agente de policía Andrés Felipe Cuevas. El recolector de basuras se quedó sin frenos y arrolló a una patrulla de la policía, un bus, siete automóviles particulares, siete taxis y seis motos. 

¿Qué está pasando en Empresas Varias? ¿Qué tanta responsabilidad le cabe a Empresas Públicas de Medellín? ¿Qué está pasando con el arreglo de los sardineles, de jardines y antejardines? ¿O es que el alcalde Daniel Quintero no recorre las calles de la ciudad para que vea el alto grado de abandono de la Medellín que él pregona que quiere? ¿Por qué se dejaron coger ventaja con el mantenimiento de los carros? ¿No les parece un alto grado de improvisación y de irresponsabilidad, no solo con la ciudad, sino con los mismos trabajadores de la empresa poner en riesgo sus vidas? 

Lo peor de todo es que en esta administración nadie pone la cara, y nadie asume responsabilidades, porque el alcalde no llama a nadie al orden, lo cual nos hace presumir que hay una vocación de esta Alcaldía para hacer de Medellín la peor del país. 

Así quieran tapar el desaseo, el desorden y el abandono con los alumbrados. Lo malo es que las lucecitas se ven de noche, y las basuras de día. 

Para que veamos todos que no todo lo que brilla es oro.