26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Un Gobernador con un verdadero propósito

Por Juan Camilo Quintero 

La mayoría de nuestros amigos provienen de la infancia o de la juventud, sin embargo, algunos pocos los conocemos ya adultos. La primera vez que vi a Aníbal Gaviria fue durante una entrevista que le hizo a la entonces candidata presidencial Noemí Sanín para el periódico El Mundo. Debo confesar que sintonicé con su estilo, preguntas inteligentes, respetuosas, pero sobre todo humanas. Luego, volví a encontrármelo cuando inició una veloz candidatura a la Gobernación de Antioquia. En ese momento me había lanzado a la Asamblea de Antioquia en alianza con Fico Gutiérrez quien aspiraba al Concejo de Medellín. 

Por pocos votos perdí la elección y de manera sorpresiva, la verdad no me lo esperaba, el Gobernador electo me ofreció la Secretaría de Productividad y Competitividad que, para la época, estaba en gestación con solo un par de años de creada. A partir de trabajar con él, entendí que la vocación de Aníbal implicaba un proyecto de vida por los antioqueños. El asesinato de su hermano Guillermo Gaviria, en compañía de Gilberto Echeverry, desató el verdadero propósito que Aníbal llevaba por dentro: la vida y la equidad.  

Fui testigo de cómo donaba, de manera discreta, todos los dineros de reposición de votos de sus elecciones a fundaciones sin ánimo de lucro. Lo vi dedicar horas largas a pensar un pacto por la equidad, tener tableros de control sumando las horas de vida cuando había un asesinato menos en el Departamento y la Ciudad. De verdad Aníbal, es uno de esos personajes que tienen algo que a muchos políticos les falta, esto es, un verdadero propósito. Así como su hermano Guillermo Gaviria entregó la vida por una causa como la No violencia. Aníbal decidió entregar su vida al servicio público por rescatar el valor sagrado de la vida y alcanzar para todos mayor equidad. Su propósito logró inspirar a muchos de mi generación, nos inspiró a estar en lo público buscando servir a los antioqueños, le dio un verdadero sentido de por qué llegar al poder y para qué. 

Lo sucedido la semana pasada tiene un trasfondo más allá de una investigación. La forma cómo se llevó el procedimiento, filmar para subir a redes sociales, es doloroso no solo para él y su familia, sino para todos los que nos consideramos sus amigos y sabemos de sus calidades técnicas y humanas. No es justo que conviertan a alguien como Aníbal en un trofeo, más desolador es que se le capture como si fuera un criminal de la más alta peligrosidad para ser llevado a su sitio de reclusión. 

No quiero pensar qué les pasa por la cabeza a tantos jóvenes que hoy día, como en su momento Fico y otros tantos lo hicimos en Universitarios Haciendo Nación, que quieren ingresar a la política con el firme propósito de luchar contra la corrupción. No me cabe duda de que algo como lo que le pasa a Aníbal, desincentiva la llegada de gente valiosa a lo público. Que un Gobernador decente, sea investigado por una obra que el pueblo celebra y que allí está en servicio, solo causa estupor.   

A este paso cada vez será más difícil pretender que llegue gente nueva y buena a la política. Ser un político honesto quizá es una de las profesiones más riesgosas en este momento. Lo digo como ciudadano, pero también como amigo de Aníbal a quien conozco y valoro.