26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

“Quieren todo gratis”

Por Jorge Alberto Velásquez Betancur

A la par de los ríos de gente que recorren las calles colombianas desde el 28 de abril, corren noticias falsas, bulos y mentiras de toda clase para desvirtuar las razones de la protesta social. 

Una de las mentiras que hace carrera es que los manifestantes, los que no son “gente de bien”, “quieren todo gratis”. 

Lamento informar que en Colombia nada es gratis. Cada paso que damos y cada actividad que realizamos tiene impuestos, gravámenes, tarifas, tasas o como quieran llamarlo. En el Estado de bienestar -que no es el colombiano- se pagan altos impuestos, pero los ciudadanos reciben seguridad y servicios de calidad, algunos de ellos gratuitos (salud y educación, sobre todo. En Suecia es posible que vayan al mismo colegio el hijo del presidente de Volvo y el hijo del obrero de Volvo). 

En Colombia se pagan impuestos pero, además, hay que pagar para tener acceso a los derechos y se paga por servicios que el Estado debería brindar y no lo hace porque se volvieron negocios particulares. Ejemplo: las carreteras. 

Todos los colombianos pagamos IVA, que no es barato. Empezó en el 2% en el gobierno de Betancur y ya vamos entre el 19 y el 35%. 

Pagamos impuestos por trabajar (impuesto de renta), porque los salarios y los honorarios están gravados. 

Pagamos Predial (el avalúo catastral sube todos los años) y pagamos Industria y Comercio y cuando las alcaldías hacen obras de infraestructura, cobran valorización, que es como pagar dos veces por la misma obra. 

Hay impuesto a los avisos públicos, al degüello de animales. 

La educación es muy costosa. La gratuidad de la educación pública media se pierde porque hay que pagar por otros ítems. (En España, por ejemplo, el Estado entrega libros y útiles de la lista escolar). 

Tenemos agua a chorros y producimos energía, pero pagamos altas tarifas de servicios públicos. Ni siquiera producir energía garantiza un trato preferencial ni a los ciudadanos ni a las empresas. Pagamos por el alumbrado público y por la recolección de basura. Hay, además, impuesto a los teléfonos, fijos o celulares. 

Pagamos una de las gasolinas más caras del mundo. Más de la mitad del precio del galón de gasolina está constituida por impuestos. Y eso se refleja en los pasajes y en los fletes y estos a su vez se reflejan en el costo de los alimentos y demás productos que consumimos. 

Los bancos trabajan con el dinero de los clientes, pero cobran por todo, hasta por consultar un saldo o entregar un certificado. LA “BANCARIZACIÓN” es una obligación impuesta por el Estado y el lucro es de los bancos. Otra vez, el Estado al servicio de particulares. Además, pagamos el 4 x mil, que lleva 22 años de temporalidad. 

Pagamos impuesto de automotores y algunos municipios tienen impuesto de semaforización, o sea, se paga por usar las calles que ya pagamos para construirlas. 

Se paga afiliación a la EPS y cuando se usan los servicios hay que volver a pagar lo que llaman co-pago que realmente es un re-pago. Pero, si quiere que lo atiendan, debe comprar medicina prepagada. ¿Es o no es negocio la salud?). 

Los trabajadores pagan su jubilación y los contratistas la pagamos varias veces y cuando llega el momento de hacerla efectiva, el gobierno y los fondos de pensiones se quedan con una buena tajada. 

En todos los países hay vías nacionales, sin peaje, y autovías de pago. En Colombia, en cambio, se paga peaje en TODAS las carreteras. En algunas, los peajes están uno encima de otro, como sucede en el norte del Valle de Aburrá. 

Las vías fueron construidas con dinero público y ya construidas se entregaron a particulares amigos de cada gobierno de turno para que las exploten, a cambio de un mantenimiento que nunca se ve. ¿Cuántas carreteras han hechos los privados? 

Colombia vendió empresas estratégicas, como Isagen, para destinar ese dinero a construir vías -unas veces llamadas autopistas de la montaña, otras autopistas de la prosperidad, otras vías 4G y 5G- que serán explotadas por particulares. Vendimos la gallina de los huevos de oro para montarles un negocio de por vida a los amigos. El peaje de Niquía era temporal y se eternizó. 

¿Cuánto dinero destinó el departamento de Antioquia al Túnel de Oriente? ¿Y quién lo está explotando? 

¿Cuántas vías nacionales explota Luis Carlos Sarmiento Angulo? ¿Cuántas vías ha construido Sarmiento Angulo con su dinero? 

Y después dicen que los marchantes lo quieren todo gratis. 

Los que viven gratis son otros: los altos cargos del Estado, los congresistas, los magistrados, gobernadores y alcaldes. Reciben las mayores asignaciones salariales, tienen primas técnicas y el Estado les paga hasta el transporte y el celular, además de que viatican con inusitada frecuencia en compañía de un séquito de colaboradores. Hasta los viajes particulares salen de los dineros públicos. Los congresistas se jubilan con un período. En fin, “son muchas cosas, muchas cosas”. 

Algún alcalde tuvo Medellín al que le pagaban hasta la crema dental y el lavado de la ropa. 

Ahora sí. ¿Quiénes tienen todo gratis? 

Posdata 1: esta es una enumeración muy rápida de los impuestos más visibles. Me haría muy extenso si hablo de otros impuestos, de los indirectos y de los camuflados. 

Posdata 2: después hablamos de las exenciones tributarias, que equivalen casi a dos reformas tributarias de Carrasquilla por año.