27 abril, 2024

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Padres y maestros: afrontar el inédito y peligroso mundo de niños y niñas con pubertad precoz 


Por Enrique E. Batista J., Ph. D. 

https://paideianueva.blogspot.com/

Padres de familia, maestros y adultos en general deben ser conscientes de que niños y niñas están alcanzando, cada vez más rápido, la pubertad. Es una pubertad precoz. Ellos experimentan con frecuencia serias dificultades, se sienten solos y no reconocen que existe la posibilidad de ayuda. Vivir es crecer en armonía y desarrollar la capacidad de resiliencia para comprender que no se está solo en el mundo, que muchas de las dificultades que se encuentran tienen solución y que existen posibilidades diversas de ayuda precisa y oportuna.  Entre más pequeño sea el menor, más dificultades va a encontrar para comunicar con precisión lo que le está ocurriendo; sin embargo, manifestaciones corporales, comportamientos y actitudes dejan traslucir que algo no está muy bien, signos que los padres y maestros deben estar alertas para encontrar respuestas apropiadas ante la presencia de cambios y de dificultades que les causa malestar, sufrimiento o desazón. Ignorar o tomar esos eventos como asuntos normales, que pronto pasarán, puede agravar el sufrimiento social, el físico y el mental. 

Sabemos, desde hace algunas décadas, que tanto las niñas como los niños están viviendo una «nueva pubertad», la pubertad precoz. Desde las ciencias médicas, pediatras y endocrinólogos han señalado que la pubertad está llegando cada vez más a una edad más temprana; ese es el momento en el que ellos empiezan a tener cuerpo y hormonas que corresponden a edades más avanzadas.

Se reconoce que la edad de la pubertad de las niñas en poblaciones occidentales ha venido cayendo en los últimos 150 años, presentándose ahora a los 10.5 años, con su primer período menstrual (menarquia) hacia los 12.5 o 13 años. La pubertad precoz ocurre cuando la glándula pituitaria produce hormonas gonadotropinas que son las causantes de que los testículos produzcan testosterona y los ovarios estrógeno y progesterona, los cuales llevan a los cambios corporales que se observan en los niños y niñas. (https://shorturl.at/vABQ8https://shorturl.at/prxEQ).   

Se han reportado casos en donde niñas de 5 años empiezan a desarrollar senos y otras de 7 u 8 años que pueden necesitar brasier, o que ya han empezado a tener periodos menstruales. Es esa una situación en donde el cuerpo demuestra una asincronía con la edad que efectivamente tiene la niña, recibiendo con frecuencia atención inédita, miradas lascivas o exigencias nada propias para entender a su edad. En la mitad del siglo XIX, tenían sus primeros periodos menstruales usualmente dos años después de que aparecieran los signos de senos o de vello púbico, lo que ocurría, en promedio, a la edad de 16.5 años. Hoy la pubertad empieza entre los 8 y los 13 años, con las niñas teniendo su primer período menstrual hacia los 12.5 años. En 2010, se había reducido en 6 para quedar en 10.5 años. (https://shorturl.at/dnXZ1,https://shorturl.at/fCDIO).  

La pubertad precoz sorprende no sólo a los niños y a las niñas, sino a los padres de familia y también a los maestros. Es común encontrar el inicio de la pubertad a los 8 años (para las niñas) y a los 9 en los niños. Ellos experimentan cambios de manera abrupta que les causa confusión y, en muchos casos, timidez, vergüenza, aislamiento de compañeros, dificultades de comunicación por la carencia de lenguaje y de la confianza para expresar los sentimientos y emociones inéditas que experimentan, llevándolos al aislamiento social, a baja autoestima y a efectos negativos en el desempeño escolar. Con frecuencia, la precocidad implica una crisis, súbita en cierto modo, en una fase del crecimiento en donde se carece de madurez mental para adaptarse a los mandamientos de las hormonas y reconocer la naturaleza de extrañas pulsiones, como los impulsos sexuales, sin una visión clara de su propia identidad corporal personal y social. (https://shorturl.at/akpZ7). 

Las niñas pueden sentirse solas, temerosas avergonzadas con respecto a su cuerpo, en comparación con los de otras, incrementándose la burla y los acosos sexuales y de otra índole, llevando a una situación nada beneficiosa, con algunos problemas de salud mental que pueden arrastrar hacia la adolescencia y persistir en la edad adulta. Los niños pueden experimentar también aislamiento social y conflictos con las familias y los amigos. Unas y otros pueden incurrir en dificultades en los estudios y en las relaciones sociales con sus compañeros. (https://rb.gy/ay4bgy).  

En Italia, Corea del Sur, Turquía, China y Estados Unidos se encontró un aumento rápido de la pubertad precoz durante el encerramiento pandémico del COVID-19, lo cual ha sido explicado por endocrinólogos como el estrés causado por la inactividad y el aumento de peso. (https://rb.gy/6bfbg6).

El estrés puede activar los mecanismos hormonales, así como lo puede hacer la falta de ejercicio físico por el abuso de las pantallas de los dispositivos digitales, y el sobrepeso. A ello, se agregan los llamados «disruptores endocrinos», presentes en plásticos y pesticidas, que tienen una estructura semejante a las hormonas sexuales, los cuales pueden engañar al organismo y desatar el surgimiento de la pubertad a destiempo. «Cualquier molécula que se parezca a nuestras hormonas sexuales puede engañar al organismo».

También se ha señalado al cambio climático como un posible modificador o factor asociado a la pubertad precoz, en la medida en que se sabe que en los países más cálidos las niñas tienen la menarquia más temprano. (https://rb.gy/j7y3b2).  

Otro factor que ha sido señalado como explicación de la pubertad precoz es la mayor ingesta de alimento por la población desde el siglo XX y los adelantos en la salud pública. También se ha propuesto como factor determinante principal al índice de masa corporal (una medida de obesidad); esto se da en la medida en que la grasa es «una glándula hormonal muy activa, y las células grasas convierten otras hormonas en estrógeno».

En las investigaciones también se han incluido como factores coadyuvantes a la pubertad precoz a una variedad de productos de alto uso como los esmaltes de uñas, perfumes, lociones y champús. (https://t.ly/ciMp8). A Todos los anteriores factores se agregan los asociados a la genética y al sexo en sí mismo, ya que las niñas tienen 10 veces más posibilidad de una pubertad precoz de origen central que los niños. 

Todos los adultos, padres y maestros precisan reconocer que cada vez más las niñas están expuestas a las posibilidades de embarazos tempranos y muy riesgosos, al parto prematuro e incluso a la muerte materna. Bien se ha afirmado que el embarazo de niñas menores de 12 años viola sus derechos humanos y afecta de manera significativa su potencial de desarrollo físico, emocional, social y sexual. (https://t.ly/_znIY). 

No valen los remedios caseros, ni las recomendaciones bien intencionadas, pero sin fundamentos, para detener la inserción de la pubertad precoz de niñas y niños. Por ello, una vez detectados los comienzos de esta, se precisa consultar al médico personal o familiar, al pediatra o al endocrinólogo y seguir sus instrucciones. Es decir, es necesario asegurar una atención y apoyo, también precoz, a quienes desarrollan pubertad con demasiada anticipación.  

Padres y maestros de los niños y niñas deben ser conscientes de las consecuencias de la pubertad precoz, y de la inserción prematura de la menarquia (la primera menstruación), la cual marca el fin, ahora muy precoz, de la pubertad en las niñas. Las escuelas deben disponer, de modo gratuito y suficiente, de los elementos higiénicos apropiados para esos eventos y, a la vez, realizar las adecuaciones de las unidades sanitarias de tal manera que ellas puedan tener y asegurar una limpieza saludable frente a tales eventos biológicos. 

No se puede olvidar la protección de las niñas y niños contra el peligro creciente de diversas formas cotidianas de acoso, ni tampoco la necesaria salvaguardia contra los delincuentes pedófilos y los atropellos sexuales a los que están expuestos, entre ellos los que se originan en la navegación insegura en las redes sociales.