28 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

La Polarización sacude a Latinoamérica

Rafael Bravo

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Por Rafael Bravo 

“Chile es una muy bonita casa con techo de lata en los suburbios pobres de America Latina, pero cuando se mira por dentro está podrido”. Gabriel Boric 

América Latina, una región acostumbrada a los vaivenes de la política no escapa a la polarización y división que vive casi todo el mundo. Todo indica que los electores están optando por una alternativa a la forma tradicional de ser gobernados, no importa la ideología, calidad o preparación de los candidatos. Perú es quizás el ejemplo de inestabilidad con 5 presidentes en 3 años y elige presidente a Pedro Castillo, un maestro de escuela sin ningún conocimiento sobre el manejo de un país. Su inexperiencia y la frágil coalición que lo apoya pone en duda la continuidad de gobierno. 

Honduras la mejor versión de una ‘’república bananera’’ acaba de preferir a Xiomara Castro encarnada en la sombra de su esposo Manuel Zelaya, el depuesto presidente por una junta militar en 2009 gracias a su alianza con el eje Cuba-Venezuela. No es casualidad que más de 300 mil hondureños hayan sido detenidos en la frontera buscando entrar a los Estados Unidos en este año. Uno de cada 10 hondureños emigró al norte. Eso no es otra cosa que la muestra de ingobernabilidad de una nación abrumada por la corrupción y el narcotráfico. 

Ahondar con lo que ocurre en Nicaragua Y Venezuela con el par de sátrapas aferrados al poder es uno los capítulos más dañinos para la historia de la democracia. Daniel Ortega siguiendo el mismo manual de su entonces archienemigo Anastasio Somoza Debayle ordena detener a los opositores para continuar su mandato espurio. Maduro demuestra su poderío político en unas elecciones locales que a criterio de los observadores europeos no ´´fueron ni libres ni justas´´. Un ejemplo de cómo un gobierno por impopular que sea, puede ganar excluyendo y dividiendo a la oposición. 

Pero para sorpresa de todos, Chile el país de gran éxito económico de los años recientes acude a las urnas el próximo 19 de diciembre para definir entre 2 extremos del espectro político: uno de derecha y el otro de izquierda. El modelo parecía hacer agua luego del estallido social que dejó decenas de muertos y miles de heridos, graves daños a la infraestructura y un replanteamiento de la forma como Chile debe sacar de la pobreza a los menos favorecidos. La Asamblea Constituyente dominada por la izquierda se va a encargar de redactar una nueva Carta Magna. 

José Antonio Kast es hijo de un oficial alemán que militó en las filas de Adolfo Hitler y se erige como un gran defensor de las políticas del dictador Augusto Pinochet. Una extensión de Trump en el Cono Sur. Kast se opone a la llegada de migrantes procedentes de Venezuela y Haití y quiere mostrarse fuerte contra el crimen. También aprovechar la ansiedad que viven los chilenos sobre su futuro y lo que ha sido la identidad de sus habitantes a lo largo de su historia. Cierto parecido con el gobierno anterior en los Estados Unidos no es coincidencia. 

Gabriel Boric su contendor, es un activista de tan solo 35 años impulsado por los jóvenes que han perdido la fe en los partidos tradicionales. ´´Si Chile es la cuna del capitalismo, también será su tumba´´ una afirmación contundente del giro que podría ocurrir. Que el electorado experimente con una opción diferente obedece al fracaso de una dirigencia que no ha entendido cómo una porción grande de la población no asciende en la escala social y las oportunidades solo son para la élite gobernante. 

En Chile al igual que en otras latitudes el centro de la política está en grave peligro pues los extremos están surgiendo con enorme fuerza. El desmoronamiento de los partidos políticos es una realidad. Se atraviesa por altos niveles de incertidumbre con una enorme fragmentación. La moderación ha dado paso al surgimiento de caudillos con ideologías autoritarias que se apoyan en el fracaso del status quo para lograr el favor de aquellos que nada tienen y cuyo inconformismo es el caldo de cultivo para los extremos.