27 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Historia de las vías en Colombia: Antioquia se abre al mundo 

Mi reciente libro “Historia de las vías en Colombia-Antioquia se abre al Mundo”, publicado por la Universidad de La Salle, lo reseña el profesor Darío Valencia Restrepo en los siguientes términos que quisiera compartir con mis pocos, pero abnegados lectores. 

José Hilario López en este libro presenta un ordenado relato de los avances en las prácticas constructivas a partir de las grandes civilizaciones de la antigüedad, con el fin de destacar los desarrollos científicos en la Grecia clásica, las construcciones de la antigua Roma y, sobre todo, los aportes del Renacimiento. Se trata de un proceso que propicia la aparición del llamado Maestro Constructor, momento que corresponde a lo que puede considerarse como el primer paradigma de la ingeniería.  

Posteriores avances científicos, los cambios introducidos por la Revolución Industrial y la creación de las escuelas de ingeniería dieron origen a un ingeniero con mayor fundamentación científica que antes, pero cuyo ejercicio profesional tenía todavía mucho de arte. Es así como aparece el segundo paradigma de la profesión, la Ingeniería como Arte, segundo momento después de aquel primero del Maestro Constructor.  

La enseñanza de la ingeniería se vio muy influida por los importantes desarrollos científicos y tecnológicos que tuvieron lugar hacia mediados del siglo XX. Los docentes e investigadores universitarios empezaron a crear una profesión basada en las llamadas ciencias de la ingeniería y en una tecnología superior, tales los casos de hidráulica, geotecnia, mecánica de suelos, etc. Se creó entonces el tercer paradigma de la profesión, la Ingeniería con base Científica. 

El cuarto paradigma que se propone para los tiempos actuales se denomina Maestro Integrador, y parte de considerar que todo proyecto o problema importante exige la visión analítica de diferentes disciplinas y profesiones, seguida de una decisión o solución que integre las anteriores visiones. Entonces el ingeniero del siglo XXI tiene que ser un experto en su especialidad, pero además debe tener la capacidad cultural que le permita interactuar con otros actores provenientes de disciplinas y profesiones diferentes a la suya; su preparación y experiencia como ingeniero pueden capacitarlo para reunir la información que le permita proponer la síntesis integradora de que se habla. 

Por su carácter de ingeniero humanista, su constante preocupación por los efectos sociales y ambientales del trabajo profesional y por la madurez alcanzada en esta etapa de su vida, José Hilario López Agudelo encarna entre nosotros el paradigma del Maestro Integrador.