28 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Fajardo desestima a Petro, Uribe, Santos, Gaviria, Pastrana y Samper

@sergio_fajardo @petrogustavo @AlvaroUribeVel

Las posiciones entre el exgobernador Fajardo y Petro se han radicalizado en los últimos días.

Algunos analistas y observadores políticos consideran que ambos llegaron al punto de no retorno.

El principio del fin comenzó con la declaración de Fajardo a Semana este domingo pasado.

Le dijo Fajardo a la revista Semana que “con Gustavo Petro no voy a participar en una consulta. Tiene una forma que no comparto de tratar al que es diferente. No podemos permitir que nos dividan en dos bandos”.

Pero Petro respondió que “en cambio yo sí lo invito a usted, Fajardo, a que participe en un gran acuerdo histórico que lleve a Colombia hacia la paz, la producción y la democracia”.

Pero no solo con Petro. En la misma entrevista rompió con todo mundo, con esta frase: “en 2022 se acaba el capítulo de la historia que ha girado en torno a Álvaro Uribe y sus seguidores y será el turno de una política alternativa”, agregando que “tenemos que dejar atrás a Uribe, Santos, Gaviria, Pastrana, Samper. Ya es suficiente. Cada quien hizo lo suyo. Que gocen sus nietos”.

Y sobre Petro, este es un nuevo episodio de una historia que se remonta a la campaña presidencial que culminó en la segunda vuelta de junio de 2018 con el triunfo de Iván Duque.

En ese entonces, como ahora, se ha buscado sin éxito la convergencia de las diversas fuerzas de izquierda y centro-izquierda, representadas en grupos muy diversos, pero afines en varios aspectos.

Siempre es posible ver los vasos medio llenos o medio vacíos, por eso frente a la polarización nacional que se expresó con toda su crudeza en el plebiscito de octubre de 2016, cuando el no al acuerdo con las Farc atrajo al 50,2% del electorado y el sí al 49,7%, puede señalarse que en Colombia hay un relativo equilibrio entre izquierda y derecha, que bien manejado puede ser sano para la democracia.

Claro que, en mayo de 2018, el margen entre ambas franjas se amplió a favor de las fuerzas del no, que subieron su votación al 53,98%, mientras que las del sí bajaron a 41,81%.

Como fue más lo que bajo la izquierda que lo que subió la derecha, el análisis del petrismo ha sido que les hizo falta el apoyo de Fajardo, tercero en la primera vuelta -23,73% de los sufragios, superado el 25,08% de Petro y el 39,14% de Duque-, quien optó por anunciar su voto en blanco.

Por supuesto que el cortocircuito entre ambos venía de mucho antes, pero a partir de allí se agudizó, a tal punto que los acercamientos de Petro con otros sectores afines que se emprendieron desde su llegada al Congreso se deterioraron rápidamente cuando Claudia López lanzó su candidatura a la Alcaldía de Bogotá con Fajardo como invitado central.

De cara a la próxima contienda presidencia, Fajardo consideró en la entrevista ya referida que “en 2022 se acaba el capítulo de la historia que ha girado en torno a Álvaro Uribe y sus seguidores y será el turno de una política alternativa”, agregando que “tenemos que dejar atrás a Uribe, Santos, Gaviria, Pastrana, Samper. Ya es suficiente. Cada quien hizo lo suyo. Que gocen sus nietos”.

Y aprovechó para responder una reciente alusión de Uribe y el uribismo: “Cuando dicen que soy el candidato de Santos es irónico. ¿A qué hora? Yo voté sí por la paz. ¿Eso significa que yo soy de Santos? Esa es una forma miope de entender la política. No soy de Petro, Uribe ni de Santos”.

Y volviendo a Petro, Fajardo sostuvo que él “propone un día desobediencia civil y el otro hacer un pacto histórico. Es difícil entenderlo. En lo personal, un día me propone cogobernar y el otro me insulta. Así no se construye un país en paz que sepa tramitar sus diferencias”.

A esta expresión, respondió Petro: “Mi querido amigo Fajardo. El pueblo debe manifestarse contra la masacre y la ignominia de un Gobierno incapaz y el pacto histórico es con el pueblo. No hay contradicción entre un pacto histórico y un pueblo digno. A menos que usted conciba el pacto sin el pueblo”.

Estas declaraciones pueden ser la señal concreta de que el distanciamiento entre Petro y Fajardo no tiene vuelta atrás, lo que podría conllevar debilitamiento todavía mayor de la izquierda.

Lo que se desprende de análisis de los resultados de 2016 y 2018 es que ninguno de los dos sectores de la polarización es uniforme. También en la derecha, donde sin duda domina el uribismo, requieren gestionar alianzas y acuerdos para avanzar. A eso deben sus triunfos en ambas convocatorias a las urnas.

Por eso mismo, asumiendo que la confluencia era casi imposible, el país ha visto a Petro trazar permanentemente diferencias con Fajardo y oponerse sistemáticamente a la gestión de la alcaldesa López, buscando convertir al petrismo en un factor dominante en la izquierda, como lo es el uribismo en la derecha. (Con datos de El Nuevo Siglo).