27 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El poder de la palabra: Un premio a la Integridad, la transparencia y la coherencia

@GobAntioquia @LuisFSuarezv @Anibalgaviria 

Por Luis Fernando Suárez 

Secretario de Gobierno y de Derechos Humanos  

Mientras algunos basan su experiencia de lo público en disputas y protagonismos de momento, otros siembran para el largo plazo y construyen en equipo. Si alguna cosa refleja fácil la manera de gobernar de Aníbal Gaviria Correa son las Jornadas de Acuerdos Municipales. En ellas se condensan varios de sus postulados como el de la unidad, que se recoge en la expresión “todos en la foto”, la integridad, la transparencia, la participación como manera efectiva de ejercer la democracia y el respeto por la expresión de las urnas, todos esos elementos en clave de coherencia, reflejando siempre su modo de ser y de actuar. 

Las Jornadas de Acuerdos Municipales fueron creadas en su primera gobernación, Antioquia Nueva, un hogar para la vida 2004 – 2007, como espacios de planeación participativa con todos los municipios. Escenarios de diálogo y concertación de la inversión pública de cara a la ciudadanía y con participación de todos los actores sociales, en claro ejemplo de inclusión y respeto por la diferencia. Sin duda, una manera distinta, transparente, de relacionarse con los alcaldes y alcaldesas, que supera lo transaccional y no consulta las cercanías o distancias en la época de campaña.  

La consigna es sencilla: después de la elección, quien gana es el gobernador de todos y cada alcalde refleja la voluntad popular. Se trata entonces del respeto por la democracia, pero también de su resignificación desde lo pragmático, en favor de las comunidades. Ya no es en las oficinas cerradas, ni con los amigos, ni en tono de negociación como se definen los programas de cofinanciación. Se hace de cara a la ciudadanía, con el alcalde o alcaldesa como líder natural de la comunidad a la cabeza, pero con participación de la oposición, del Concejo, de los colectivos de mujeres, de los líderes comunales, de las organizaciones sociales LGTBI, de los gestores culturales y de los representantes de jóvenes. Toda la comunidad representada y ayudando a definir las prioridades de inversión. Democracia pura y dura.  

Pero además de firmar los acuerdos en jornadas públicas y con toda la ceremonia del caso, es necesario volverlos realidad porque la coherencia implica honrar los compromisos, cumplir la palabra empeñada. De modo que tan importante como estructurar las inversiones, las gestiones y los trámites, es hacerles seguimiento y verificar sus logros y dificultades.  

Por eso es tan significativo que el Departamento haya sido el ganador del Tercer Concurso Nacional de Integridad y Transparencia Institucional que otorga la Presidencia de la República, con el liderazgo de la Secretaría de Transparencia y la Vicepresidencia, con el claro propósito de visibilizar y exaltar el compromiso institucional en la promoción de buenas prácticas, ejercicios reales de transparencia, cultura de la probidad y reconocimiento a las iniciativas y estrategias innovadoras orientadas a prevenir la corrupción.  

En este caso el premio, además, reconoce una de las características centrales de los gobiernos de Aníbal Gaviria, la de la unidad, porque lo que se reconoce es la metodología de seguimiento y evaluación permanente de los acuerdos y compromisos, creada e implementada por la Unidad de Cumplimiento de la Oficina Privada y la Gerencia de Municipios, pero que involucra a la totalidad de las dependencias y organismos tanto del nivel central como de los descentralizados en lo que se ha constituido como Conglomerado Público Gobernación de Antioquia. Unidad hacia adentro y hacia afuera.  

No es el único premio que ha recibido el Departamento este año y no me cabe duda de que en los próximos días recibirá más. Sin embargo, resalto éste con la convicción de que el ejercicio premiado refleja de manera singular el ideario de Aníbal Gaviria y lo lleva a la práctica, fortaleciendo la relación con los municipios y sus líderes, con coherencia y alegría. No trabajamos por el aplauso ni las ovaciones, está claro, pero es cierto también que, en medio de la selva de lo público, conviene ratificar que vamos por el camino correcto y que más que nuestra vanidad, se benefician las comunidades con ello. 

Tanto los acuerdos suscritos, como la verificación de su cumplimiento, implican cambios positivos, avances tangibles en el mejoramiento de la calidad de vida de quienes compartimos este suelo. Esa es su importancia y su dimensión, por eso, recibimos el premio nacional con alegría y con el compromiso de honrarlo siempre y seguir generando prácticas y metodologías, dignas de admirar, pero sobre todo, útiles para los antioqueños.