27 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Día mundial contra la esclavitud 


Por Enrique E. Batista J., Ph. D. https://paideianueva.blogspot.com/ 

Un amigo, destacado comunicador radial, me sugirió escribir sobre la contemporánea esclavitud. Interesante sugerencia, porque hay nuevas formas de esclavitud y también porque el 2 de diciembre es el «Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud», mientras que el 16 de abril es el «Día Mundial Contra                 la Esclavitud Infantil», un aberrante crimen muy generalizado en el mundo. 

Aunque la libertad haya sido internacionalmente proclamada como bien supremo, y como derecho humano inalienable, la primigenia forma de esclavitud sigue vigente con variantes iguales o más ofensivas a la dignidad humana. Se ha «modernizado» la esclavitud, pero no ha desaparecido. En términos absolutos, existe hoy un número mayor de personas esclavizadas que en cualquier otro período de la historia de la humanidad. Esto ocurre a pesar de que es reconocida en el mundo como un delito de lesa humanidad y como contraria a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. (https://rb.gy/9hgpoy). 

La libertad, la dignidad humana, la felicidad y el libre desarrollo pleno y sano de la personalidad, son cuatro pilares y valores Inmarcesibles, eternos. Pero, contrario a ellos como derechos humanos inalienables, su negación ha estado presente en todos los tiempos con sórdida manifestación en la aberrante esclavitud. Hordas invasoras, poderosos ejércitos, imperios en expansión, dominios territoriales, saqueos y despojos, abrieron, y continúan haciéndolo, el camino para el control y dominio de poblaciones, sometiendo a la esclavitud a las poblaciones dominadas, como a yunta de bueyes, forzados a trabajo esclavo, arrasando con las riquezas de los dominados, destruyendo la cultura y la lengua de estos e imponiendo la religión y dioses del conquistador vuelto esclavista. 

Algunos pueden pensar que la esclavitud es algo del pasado, de los anales de la historia; sin embargo, las creencias sobre ella están hoy recorridas por un conjunto de mitos que la organización «50 for Freedom» los enumera así: 

1. La esclavitud existió sólo en el pasado. No es cierto, persiste hoy en diversas formas.  

2. Son pocas las víctimas de la esclavitud; hoy hay más personas víctimas de ella; entre tres y cinco de cada 1.000 personas en el mundo son esclavos.  

3. La esclavitud existe sólo en países no desarrollados; no, está presente en todos los continentes; se estima que 1.5 millones viven en condiciones de esclavitud en Europa, América del Norte, Japón y Australia.  

4. En la explotación sexual está la mayor parte de la esclavitud contemporánea; si bien una   de    cada    cinco   personas    esclavas    es    víctima    de    la   explotación    sexual, la mayoría trabajan en la agricultura, la pesca, la construcción, la manufactura, la minería, los servicios y el trabajo doméstico.  

5. La esclavitud no produce inmensas ganancias; en realidad es un pingüe negocio, genera ingresos anuales de US $150.000 millones, igual a las ganancias de las cuatroempresas más rentables del mundo. (https://rb.gy/lx6z5f). Un distinguido economista colombiano ha resaltado que el mundo de hoy está sometido a la esclavitud de las farmacéuticas que, como se vivió en la pandemia del Coronavirus, se dieron el lujo de encerrar las economías y someterlas, con ganancias incalculables 

El término «esclavitud moderna» incluye situaciones en las que a una persona se le priva, mediante                       amenazas, violencia física y mental, coacción, abuso de poder o engaño, de su libertad para controlar su cuerpo, elegir o rechazar un empleo, o dejar de trabajar.  

La ONG australiana describe la esclavitud moderna como un «paraguas» que engloba los trabajos forzados, el tráfico de personas y la esclavitud en su sentido más estricto. Las nuevas formas de esclavitud, según Naciones Unidas, responden a situaciones en las que una persona, mediante amenazas, violencia, coacción, abuso de poder o engaño, le quita a otra la libertad para controlar su cuerpo o para elegir o rechazar un determinado trabajo. El resultado es que la víctima no puede negarse o abandonar la situación. (https://rb.gy/yvyk6y). 

Las cifras indican que el 25% de los esclavos de hoy son menores de 18 años; más de 150 millones de niños y niñas son forzados a trabajo infantil (igual a la mitad de la población de Estados Unidos o a un tercio de la de la Unión Europea). Más del 70% de quienes son obligados a trabajo forzoso son mujeres (incluidas las niñas), cifra que para ellas se eleva al 99% cuando se refiere a la explotación sexual. (https://rb.gy/nghsjx, https://rb.gy/pvfack). 

Así, la esclavitud está muy presente, con respecto a otros tiempos; ha y seguirá mutando, con presencia en los grupos humanos más vulnerables. Ella crece en áreas de conflictos armados, con la trata de mujeres raptadas convertidas en esclavas sexuales, niños reclutados para la guerra y matrimonios forzados. En lo que se refiere al matrimonio forzado, más de 14 millones de niñas cada año son obligadas a casarse a edades muy tempranas. En ambas situaciones, unos y otras permanecen con violación de sus derechos humanos, sin la garantía al pleno desarrollo físico y emocional, a una educación de calidad, a una formación para la buena ciudadanía y a trabajos productivos, dignos y estables, con seguridad social garantizada. En cuanto a la esclavitud sexual, los niños y las niñas constituyen una proporción alta de las víctimas con violencia contra su integridad física, psicológica y moral, esclavitud que se agudizó con la pandemia del Coronavirus. (https://rb.gy/956hku).  

En el remoto pasado hubo esclavitud por doquier. Fueron esclavizados los israelitas en el antiguo Egipto de los faraones, Gengis Kan esclavizó a multitud de poblaciones en el lejano oriente, los romanos a cientos de comunidades en Europa, África y Medio Oriente, los Incas a muchas tribus andinas, lo mismo que Mayas y Aztecas en Centro América y México. Muchos más eran subastados en público, al mejor postor. Mucho de los derrotados en la guerra eran desterrados, llevados a las sedes de la metrópolis imperial para desempeñar labores de esclavos. Fueron esclavos surgidos de conquistas crueles, acompañadas de asesinatos, violaciones y exterminio. Españoles, británicos y portugueses, en cacería inhumana, raptaron a millones de negros africanos para realizar trabajo esclavo en tierras americanas, trabajo que permitía generar riqueza y confort a los «dueños» y a las monarquías dominadoras. 

Con el correr de los años, se dieron en países, ya independizados del poder colonial, las leyes para la manumisión de los esclavos, con férrea resistencia de los esclavistas por la pérdida de mano de obra para la explotación agrícola y minera. Esa proclamación de libertad de los esclavos generó una guerra secesión en la Unión Americana y la correspondiente guerra civil entre los Estados esclavistas del sur y los liberadores del norte. 

Se precisa saber que hoy, en la esclavitud contemporánea,existen esclavos por propiedad privada, por conscripción militar forzada de gobiernos o grupos ilegales, por explotadores sexuales, en prisión con trabajos forzosos, por deuda impagable, por la explotación de migrantes, el trabajo infantil, la prostitución de menores de edad, el matrimonio infantil y la mendicidad forzada. (https://rb.gy/zgiwtw). Recordar también que uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible fijó para el 2030: «Adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, de aquí a 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas». Compromiso que, aunque no se alcanzará para las fechas propuestas, seguirá vigente. (https://rb.gy/7wtkpi).  

En medio de tantas formas de esclavitud contemporánea, también existe la esclavitud digital, la cual abordaré en próximo escrito.