26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 87 del maestro Gardeazabal

Audio1: https://www.spreaker.com/user/8676384/2021-01-07-06-20-28-computer-record 

 Audio2: https://www.youtube.com/watch?v=8qXUYfTWNg0 

Nota: Antes de comenzar quiero informar respetuosamente a mis oyentes y lectores que fui oficialmente informado ayer por You Tube que como allí no se permiten contenidos en los que se difunda información que contradiga las informaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) o de las autoridades sanitarias locales en lo referente al COVID‑19, incluidos aquellos que hagan referencia a métodos de prevención, tratamiento o diagnóstico del COVID‑19, mi crónica # 86 del día de ayer fue excluída. No sabía de esa prohibición. Pero, aunque la ignorancia de la ley vigente no es disculpa para no cumplirla, presento excusas a quienes habitualmente me fueron a buscar ayer en you tube y no me encontraron. 

La guachafita gringa 

El daño que Trump le ha hecho a los Estados Unidos solo es comparable con el daño que la ha ocasionado durante estos cuatro al mundo. Lo sucedido ayer en Washington no solo debe avergonzar a los norteamericanos. Debe haber hecho pensar a muchos habitantes del planeta Tierra en donde diablos nos metimos mientras este señor apabullaba, cual Hitler del siglo 21, los elementos fundamentales de la democracia que Estados Unidos, creyéramosle o no, representaba ante los ojos universales. Que una horda de supremacistas blancos, disfrazados mentalmente como las camisas pardas que recorrían las calles alemanas a comienzos de la era hitleriana, hayan ingresado a desalojar a los congresistas gringos es algo peor que una guachafita. Es poner en evidencia que ese país camina por el filo de la navaja. Los de ayer no iban armados. Querían tomarse el capitolio e interrumpir la sesión de reconfirmación de las elecciones que eligieron a Biden presidente y lo lograron. Las fotos de la turba multa son abrumadoras. Las instantáneas de los que llegaron al salón de sesiones y se sentaron en la silla de la señora Pelosi son grotescas. Los videos de la Guardia Nacional ingresando al Capitolio para desalojar a los insurrectos, son de no creer por lo parecidas que se ven con la llegada hace unos meses del señor Bukele y sus tropas al Congreso de El Salvador. Es absurdo ver cómo el país que abanderaba la defensa de los derechos universales y usando bien o mal su poder guiaba al mundo dentro de un equilibrio sensato, haya caído en los mismos trances de cualquiera de las repúblicas bananeras. 

Hace unos meses lo dije aquí, cuando terminé de leer el libro de la sobrina de Donald Trump, donde avisaba de la clase de gansgters que ha sido la familia del todavía presidente de los Estados Unidos. Ella no exageraba perfilándolo como un bandido irresponsable que no sabe perder y lo que hizo ayer convocando a sus partidarios a marchar por la Avenida Pensilvania puede volverlo a hacer, ya no con sus gentes disfrazadas como para Halloween sino con multitudes armadas capaces de hacer repetir a los gringos la guerra civil en la que cayeron hace unos 160 años. Solo los salvaría de la hecatombe bélica que, como cuando el nazismo se tomaba las calles alemanas, por puro y legítimo miedo a las hordas de Trump los gringos dejen que todo siga pasando y no hagan nada.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.