28 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Contracorriente: ¿No sería bueno, cañar menos? 

Ramon Elejalde


Por Ramón Elejalde Arbeláez 

Tenemos los paisas alborotadas algunas características que autores regionales nos han endilgado como la de maliciosos, faranduleros, exagerados y chicaneros (presumidos), que en ocasiones solemos exhibir, para mortificación del resto de colombianos.  

El gobernador del departamento, doctor Andrés Julián Rendón, le pide al presidente Petro que le entregue a la región las carreteras llamadas 4G para nosotros terminarlas: ¡Por Dios! ¡Qué encarte! ¡Con qué plata!

¿Es consciente el doctor Andrés Julián que eso implicaría abandonar la construcción, sostenimiento, mejoramiento, pavimentación de las vías llamadas secundarias que son obligación del departamento? ¿Comprende el gobernador que su propuesta arrojaría por tierra la posibilidad de ayudarles a los municipios a construir, mantener y reparar las víasterciarias tan cruciales para las economías municipales y para nuestros campesinos?

Si dedicamos el presupuesto del departamento a solventar las responsabilidades de la nación, estamos sacrificando las obligaciones que nos corresponden como departamento y las ayudas que podemos brindar a nuestros municipios. ¿Se han sopesado estas circunstancias? 

Antioquia lo que tiene que hace es exigirle al gobierno nacional que cumpla a cabalidad sus compromisos con la región y que gire los dineros comprometidos presupuestalmente. Pero se debe hacer sin exageraciones y sin desconocer lo que se viene haciendo. El reclamo del gobernador y la respuesta del ministro del Transporte dejan fisuras y situaciones que enloquecen al lector, por la diferencia en la información. Alguno desinforma y eso no es serio. 

Siempre he tenido respeto por la persona del doctor Álvaro Uribe, aunque en infinidad de ocasiones he discrepado de sus ideas. Siempre lo hago con respeto. Hoy no me apartaré de esa posición. Su propuesta de pedirles a un millón de antioqueños que donen un millón de pesos, me parece populista e impracticable. Tiene más una carga de profundidad contra el gobierno Petro, que una solución a la problemática que a no dudarlo es “una tempestad en un vaso de agua”, pues el gobierno no niega los recursos y los está garantizando, para las obras 4G en Antioquia. Otro “cañazo” innecesario.  

Finalmente venimos amenazando con promover una convocatoria a un referendo para aprobar una descentralización fiscal y de funciones, de la nación a los departamentos. Eso implica recolección de firmas para presentar un proyecto de ley al congreso, luego la aprobación de la ley y finalmente unas elecciones con una asistencia masiva de colombianos a las urnas. Nada fácil la empresa.

Existen caminos más cómodos para lograr objetivos mejores: volvamos a los orígenes de la Constitución de 1991, recuperemos para los municipios el porcentaje del 47 % de los ingresos Corrientes de la Nación, como se estipulaba en los artículos 356 y 357 de la Carta Magna. Eso no requiere sino de un acto legislativo que tramita el Congreso en ocho debates. Además, creo ya existe un proyecto en este sentido, presentado el pasado 18 de febrero, al Senado de la República. 

Debemos sumarle a todo lo anterior varias manifestaciones “transmitidas” por redes sociales donde algunos calenturientos invitan a la independencia de Antioquia, frente a tanto atropello.

¿Nos habremos dado cuenta que nos estamos volviendo pesados para el resto de colombianos, con posiciones tan exageradas, delirantes y erráticas? ¿No nos vendría bien un poco de sosiego y de sensatez? 

NOTICULA. No entiendo el escándalo que existe en Colombia con la propuesta de Gustavo Petro de proponer una constituyente, que según el artículo 376 de la Constitución Nacional debe ser convocada por el pueblo, previamente citado por una ley que expida el Congreso y si Petro no logra aprobar las reformas por ley, pues menos logrará que le aprueben la ley citando al pueblo para convocar la constituyente. SENSATEZ, objetividad y menos humo y circo de Petro y de la oposición.