5 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: Vamos más rápido que Chávez

Gabriel zapata

Por Gabriel Zapata Correa 

Cerramos la semana más tormentosa en la historia del país. No me queda la menor duda. 

Nunca antes un gobierno y un presidente habían sembrado tanta incertidumbre, tanta desconfianza, tanta inseguridad jurídica y tantas preocupaciones a todo nivel como el actual. La pregunta nos la hacemos todos: ¿Para dónde vamos? ¿Hacia dónde nos llevan? 

Un presidente que no ha caído en cuenta que ya terminó la campaña presidencial, que sigue empeñado en dividirnos entre ricos y pobres, que mantiene ese discurso populista de echarle la culpa de todos nuestros problemas a los Estados Unidos, de declararle la guerra abierta al petróleo y al gas, de anunciarles impuestos a los inversionistas, que está negociando con los más grandes criminales, asesinos y narcotraficantes de este país, no puede enviar mensajes de tranquilidad a los mercados, y menos de transmitir señales de seguridad a los colombianos. 

La desbordada incontrolable del precio del dólar, que ayer logró superar la barrera de los 4,900 pesos, es apenas una de las reacciones negativas sobre nuestra economía, porque la otra más grave es la pérdida de confianza y credibilidad de la ciudadanía, reflejada en la última encuesta de Invamer Gallup. 

Es el gran golpe que acaban de recibir el presidente Petro y sus seguidores. Su aprobación en agosto marcó el 56%, y la desaprobación estaba en el 20%, la misma se situó ahora en octubre en 46% y la desaprobación en el 40%.  

Eso quiere decir que la aprobación bajó 10 puntos y la desaprobación subió 20%. 

Lo peor que le puede pasar a una persona, en cualquier nivel o actividad de su vida, es que pierda la confianza. Si se pierde la confianza se pierde la credibilidad y si se pierde la credibilidad se pierde todo. 

En esa misma encuesta de Invamer se aprecia que el pesimismo es total. La gente no sabe para dónde vamos, el país siente que está mal manejado, que la economía está despelotada y que el futuro es absolutamente incierto. ¿Habrá un panorama peor? 

Estas percepciones no son producto del trabajo de la oposición. Es el resultado de la pésima gestión de un gobierno que apenas lleva 80 días.  

Hay columnistas tan centrados como Salomón Kalmanovitz que ya prendieron las alarmas, o el mismo exministro de hacienda, Rudolf Hommes, quien se declaró en alerta, y en total desacuerdo con los anuncios de la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, y del mal ambiente económico que genera el mismo gobierno. 

Es tal el nivel de desconfianza que han generado el presidente – candidato Gustavo Petro y sus inexpertas ministras, que sus anuncios para recuperar la tranquilidad de los mercados no han tenido efectos positivos.  

Este trino del presidente Petro, tratando de recuperar la confianza, es más una confesión de culpa en defensa de su ministra Irene Vélez: “Los contratos de explotación petrolera, carbonera y gasifica continúan normalmente. Los contratos de exploración vigentes continúan normalmente. No hay ninguna prohibición”. 

No hubo reacción alguna. Antes, por el contrario, el dólar continuó su camino alcista hacia la barrera de los 5,000 pesos. ¿Por qué? Porque nadie les cree. 

La situación es tan angustiosa, que el ministro de Hacienda José Antonio Ocampo, un hombre sensato y prudente, tuvo que volver a salir a los medios con otro mensaje el jueves casi a medianoche: 

“Es un tema de la percepción de algunas declaraciones de algunos colegas, sobre todo el tema de petróleo, que ha sido de mucha preocupación porque es el principal producto de exportación de Colombia. Pero con el tuit de hoy del presidente de la República lo que aclara es que vamos a respetar los contratos y, por otra parte, ver cuántos contratos más se pueden requerir”.  

Y volvió a insistir “En ninguna parte del país se ha prohibido ni el petróleo ni el gas, seguirán produciéndose normalmente”.  

Reiteró, poniendo su palabra de por medio: “Mi compromiso como ministro de Hacienda es garantizar la estabilidad macroeconómica de este país. Lo de, eventualmente, intervenir el mercado cambiario no tiene ni pies ni cabeza”. Pero nada. Al otro día, viernes, el dólar se volvió a encaramar y cerró a 4,913 pesos.  

El daño ya está hecho. Todos sabemos lo difícil que es recuperar la confianza y la credibilidad cuando se pierden, y mucho menos cuando uno escucha los discursos del presidente – candidato, utilizando el mismo lenguaje del extinto dictador Hugo Chávez, lo cual demuestra que él sí sabe para dónde nos quiere llevar… 

Este panorama tan desolador queda tristemente enmarcado con la complicidad de los partidos Liberal, Conservador y la U, que no han sido capaces de fijar posiciones en defensa de los intereses de todos los colombianos y para detener esta caída al vacío del país. Estos partidos asumirán la responsabilidad ante la historia, porque están más enfrascados en defender sus intereses burocráticos, mientras Colombia va rumbo al despeñadero. 

Como dijo el exvicepresidente Francisco Santos, vamos más rápido que Hugo Chávez en Venezuela.