5 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: entre la reflexión, el suspenso y la angustia

Por Gabriel Zapata Correa 

Estamos acostumbrados por tradición, a que la Semana Santa la empleamos la mayoría de los colombianos a reflexionar sobre el presente y futuro de nuestras vidas y en especial en la construcción espiritual de cada uno y de la unión de los hogares.

Esta Semana Santa tiene la particularidad que la hace diferente a todas las demás. El país está enfrentado a una irremediable crisis de gobernabilidad por graves problemas de inseguridad, crecimiento inatajable de los cultivos ilícitos y la angustia que les genera a los colombianos la discusión de unas reformas que el Gobierno del presidente Petro quiere imponer a cualquier precio en el Congreso, por encima de la voluntad de los mismos partidos de la coalición.

Es muy desconcertante que el mismo presidente Petro, y su ministra activista Carolina Corcho anunciaran que negociarían directamente con los congresistas de los partidos que le negaron el respaldo al proyecto de la reforma a la salud, porque eso es desconocer la legitimidad y la autoridad de las bancadas. Porque eso es mercantilizar las discusiones de los proyectos en el Congreso. ¿O a cambio de qué lograron el apoyo de los representantes a la Cámara Gerardo Yepes Caro, del Partido Conservador, y Camilo Esteban Ávila, de la U, quienes decidieron respaldar la ponencia de la reforma a la salud?

Para decir la verdad, esto no nos huele muy bien, porque estos representantes saben perfectamente a qué se atienen si ellos mismos desconocen la ley de bancadas. Pero lo peor, es que el mismo presidente Petro, con más de 12 años de trayectoria en el Congreso, sabe cómo funcionan las bancadas… Tal vez por eso mismo decidió, con su ministra “estrella” Carolina Corcho, negociar vulgarmente, y por debajo de la mesa, a espaldas de los partidos. Ahí tienen los frutos.

Esta incertidumbre de conseguir las metas a través del “todo vale”, es la que nos embarga con la ley de “Paz Total”, en la cual el presidente Petro insiste pese a que hay regiones sometidas a las emboscadas cobardes y a los ataques a mansalva del ELN, de las disidencias de las Farc y de las bandas criminales.

Por eso aplaudimos que la procuradora general, Margarita Cabello, insista en la demanda contra varios artículos, 2, 12 y 18, de la “Paz Total”, en los que se habla sobre la caracterización de grupos armados, y también se reglamenta que las entidades territoriales pueden cobrar impuestos de seguridad bajo ciertas condiciones especiales de orden público y se habla de paz con la naturaleza como medida de reparación. 

Según la procuradora, todos estos apartados del proyecto, fueron incluidos de manera «súbita» e «inconexa» en el último debate en Plenaria de la Cámara de Representantes. 

La jefe del Ministerio Público insiste en su oposición a que las disidencias de las Farc sean tenidas en cuenta en este proyecto, pues explicó que en la ley hay una imprecisión, porque se permitiría que las personas que abandonaron los acuerdos de paz, obtengan beneficios propios de la justicia transicional. 

En este caso, dice Margarita Cabello, «dichos individuos, en el ámbito de la legislación que se expida en consonancia con los estándares constitucionales, podrán únicamente ‘acogerse a las reglas del sometimiento a la justicia para obtener los beneficios que la ley otorgue por desmantelamiento y delación'». 

Pero lo cierto es que el Gobierno, en este tema de la “Paz Total”, ni oye, ni ve, ni entiende.

Y en la “Paz Total” nos tiene que preocupar el tratamiento que les quiere dar el presidente Petro a los narcotraficantes criminales, quienes gozarían de unos privilegios como no los tienen en ningún país del mundo, no solo en la reducción de sus penas, sino en el posterior disfrute de sus fortunas habidas al margen de la ley, a sangre y fuego.

Con el beneficio que les está dando el gobierno a los narcos de la droga con su actitud permisiva de no continuar con la erradicación de cultivos ilícitos, en este año no se ha erradicado una sola hectárea, y esa ley vergonzosa de sometimiento, el país se va a convertir en el reino de la coca, tal como nos están calificando ya en el exterior.

Ojalá esta Semana Santa le sirva el presidente Petro para que reflexione, tal como lo hacemos todos, hacia dónde nos lleva. Y si estas reformas que él propone y que con sus ministras activistas nos quieren imponer al precio que sea, benefician a la mayoría de los colombianos.

Tendremos la tregua de esta Semana Santa, para que el Altísimo nos muestre un camino más claro, y nos ampare antes que se nos venga la noche total.