Que lee el maestro Gardeazábal: Melancolía, de Jon Fosse

@eljodario

·      Premio Nobel 2023. Editada por Random House

Cuando Fosse ganó el Nobel, desde hacía tres años sonaba como favorito. Tratando de adelantarme al día que lo adjudicaran hace un par de años leí “Mañana y Tarde”, una novela corta que habían editado en una editorial modesta en España y el texto me asombró.

El galardón no me tomó de sorpresa entonces, pero poder leer “Melancolía”, la que todos los críticos juzgan que es su obra maestra, sí me ha sorprendido porque me obliga a vacilar en calificarla por una razón sencilla: leerla abruma.

Se trata de la historia de un pintor noruego Lars Hertervig, que vivió entre 1830 y 1902, cuando murió pobre y loco. Pero no está narrada desde la comodidad de la tercera persona omnisciente sino desde la misma voz del esquizofrénico y como tal golpea a quien la lea, tanto que muchos abandonan el texto porque no lo resisten. Pero es tan genial la metodología usada y tan frenética en las autodescripciones de la enfermedad mental que casi que pudiera ser un tratado de taquigrafía esquizoide. Son parrafadas obsesivas compulsivas. Son amores imaginados, son manías vueltas relatos, contadas todas alrededor de tres elementos, su pipa, el tabaco con que la alimenta y Helen la hija de la casera donde vive en Dusserfold cuando estudia pintura en la academia de Hans Gude.

Empero el momento culminante, magistral diría yo, es el capítulo final, cuando abandona al pintor demente y se mete en la cabeza de su hermana mayor, que ya sufre Alzheimer y no tiene control sobre sus esfínteres, para desde allí contarnos el año final de la vida del personaje central de la novela.

Es un libro respetable, muy difícil de leer para casi todos los que corran la aventura de adentrarse en sus páginas, pero inmensamente satisfactorio cuando se pueden digerir las 373 páginas y la luminosidad de sus espacios se queda colgada de los retablos de la memoria.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.