5 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Un cuento distópico en tiempos de coronavirus

Por Catalina López

¿Qué cómo estoy?

Si hoy haces esa pregunta a cada habitante de la tierra te sorprenderías al recibir ecos ad infinitum de la misma callada respuesta repitiéndose alrededor del mundo.

Desde el segundo día del segundo mes de la segunda década del segundo milenio estoy viviendo un sueño colectivo de surrealismo mágico que a todos nos tiene inmovilizados.

Cada uno en su micromundo ha creado una deidad  compuesta de tres aristas: realidad-rutina-control, para domesticar esta inquietante incertidumbre que ni la ciencia ni la estadística, ni los sabios, tampoco los economistas, han logran descifrar.

Me aferro a nuevos valores de convivencia, higiene y protección ya que todo lo que viene de fuera es amenazante y peligroso para la supervivencia: los víveres deben ser meticulosamente desinfectados, las noticias cuidadosamente filtradas (algunos decidieron aniquilarlas), los vecinos calladamente evitados, los extraños estratégicamente esquivados y los cuerpos artificialmente protegidos y asegurados contra todo contacto (incluidos bacterias y virus) con guantes, máscaras y zapatos especiales para cuando se necesite salir del estado larvático (aislamiento obligatorio-preventivo-inteligente) en el que pasamos los días uno tras otro, todos iguales; el único contacto físico que establezco es con el chico que trae la compra.

Sin embargo hace años que no viene…

Espero tu respuesta para saber si aún existo.