28 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Solo nos sacia la aniquilación del otro

 

La vida, de nuevo, se nos esfuma pronto en Colombia. Hay un credo macabro del que no conseguimos desatarnos

Por Juan Alvarez. El País de Madrid.

Volver a las bombas. Reactivar la memoria traumática de los atentados. Entrar de nuevo en la realidad sangrienta de la pentolita y su régimen de un único relato monocorde: el orden público alterado.

Caer, y en el sometimiento de ese caer, la cadena de pronunciamientos:

Un caricaturista famoso reacciona enarbolando el valor del silencio ante el dolor y detrás de ese primer trino publica quince más en las siguientes seis horas.

Un autor de renombre, bienpensante y compasivo (desde luego compasivo), publica un trino dirigido a un colega de una cadena de televisión internacional (selfi mediante; desde luego selfi mediante) en el que le agradece por haberlo invitado a “comentar sobre los tristes atentados de hoy en Colombia”.

Un experiodista de apellido de élites observa, y en su mirar reflexivo destaca la gallardía del silencio de otro experiodista, contradictor ideológico suyo, quien asistió a las marchas y fue largamente insultado. Cuando termina su observar se permite una última puntada ecuánime: “En estas circunstancias se ve quién es el ser humano y quiénes los animales”. (Lea el reportaje).