5 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Sin hacer mención 

carlos alberto

Por Carlos Alberto Ospina M. 

La gente que vive con libertad expresa el carácter adquirido y la personalidad suficiente para adoptar posiciones y tomar decisiones con base en su discernimiento. Los fanáticos y los adoctrinadores descomponen el tiempo e inventan realidades ficticias con tal de alcanzar sus perversos objetivos. Tratan a las personas como faltos de inteligencia y perros sumisos dispuestos a obedecer la orden del amo; ¡sin duda!, algunos animales de esa misma especie saltan del ritmo de la filosofía del engaño. A más resentimiento, mayor efervescencia e histeria. 

Hablan de libertad e igualdad desde la perspectiva de desconocer el contraste ideológico y en especial, negar el derecho ajeno a pensar diferente. La meta es la homogeneidad a pesar del gusto decadente disfrazado de progresismo y modernidad. La única demostración que aducen en apoyo de sus ideas consiste en que es necesario hacerlo para que el mundo funcione a su imagen y semejanza; sin análisis de las consecuencias adversas ni el grado de pauperización física, laboral e intelectual que causa ese salto al vacío.  

De unas cosas y de otras, el comportamiento que desprecia al otro conduce al capítulo final de una novela fallida, puesto que desde el prólogo se observa la mala fe para ejecutar el plan a cualquier precio; no obstante, la retórica eufemística que apela a la rectitud en nombre del supuesto ‘cambio’ que carece de austeridad y de conexión con la realidad cercana.  

Sobre plumas de ganso intentan excusar el sentido del ridículo, una vez generalizan la extravagancia y profundizan la exclusión social. De aquí para allá, vemos el entusiasmo por menospreciar la dignidad de unos; reflejando los constantes desajustes mentales, el rabiar de verse juntos y el conocer todos los datos relacionados con administrar. La facilidad de palabra tropieza con la carencia de aptitud para resolver los problemas y ejecutar soluciones a corto, mediano y largo plazo. Por eso, recurren a pintar con negros colores a causa del presunto ‘enemigo interno´ ante el incumplimiento de las promesas básicas y la decepción generalizada de aquellos que abrieron los ojos a las primeras de cambio no sabroso. 

Frente al espejo de cuerpo entero y conocida la verdad, en las calles se percibe un mal ambiente. Pocos defienden a capa espada las repetidas chambonadas de los congresistas, la inasistencia a las personas necesitadas, las reiteradas masacres, los desplazamientos forzados, los actos corruptos del actual gobierno, los delincuentes a sus anchas, los paros armados, los bloqueos de vías, la degradación del medio ambiente, la desbordada inflación, la inseguridad, el hambre y el desempleo; entre otros hilos de perlas unidos por el tal ‘Pacto’ que, hoy, persiste en engañarse en la mitad del justo precio.  

Resulta muy fácil escupir al cielo haciendo cola para ver caer maná, en lugar de esperar del lobo carne. Más tarde o más temprano, la capacidad individual de juzgar de forma razonable superará el deseo anímico de una corte celestial que conceda los hechos que pongan en evidencia al vendedor de humo. En suma, vamos al garete gracias a un sujeto con espíritu de contradicción que se ampara en la decadencia. ¡Hay hombres que para nada sirven!