27 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Nos debemos a los ciudadanos, no a los candidatos

Por Claudia Posada (foto)

“Los medios de comunicación mantienen un doble rol. Por un lado, actúan y apelan a ser defensores de los intereses de la sociedad frente al poder, especialmente el político. Por otro, mantienen una relación de beneficio mutuo precisamente con ese poder”. Señalo, alguna vez, Alicia Elena Miranda Duke, periodista y politóloga centroamericana, dedicada por varios años al análisis político electoral; ejerció el periodismo en medios impresos y electrónicos “desde donde me formé, principalmente, en el área de política, con énfasis en la cobertura a la gestión de la Asamblea Legislativa y en procesos electorales”, declara ella.

Cuando se habla del rol que juegan en los procesos electorales, los periodistas que informan, comentan o analizan la política, se trae a cuento lo importante que es para la democracia el periodismo político; así lo reitera Miranda Duke, porque para ella es de gran relevancia al deber periodístico en la formación de opinión pública, con respecto a las relaciones de poder.

Con respecto a este tema, el maestro del periodismo en Colombia, Javier Darío Restrepo, al consultársele por qué está quedando en un segundo plano, o más bien, casi rezagado,  el análisis crítico de las propuestas y posiciones de los políticos en campaña electoral, por parte de los periodistas que se ocupan de exponer a los electores lo que esperan saber, dijo que  “esto se subsanará  cuando el comunicador se blinde interiormente contra las presiones de las campañas y de su propio medio, o de colegas parcializados; y mantiene la convicción de que servir preferentemente al elector y mantenerlo bien informado es la mejor ayuda para el bien de la sociedad”.

Para hacer buen periodismo en época de campañas electorales, Javier Darío Retrepo se refiere a prácticas que contribuyen al ejercicio electoral libre y democrático; entre ellas destaca: “Más que difusión, el buen periodismo hace crítica del discurso y las actitudes de los candidatos, para abrir los ojos de los electores. Esa crítica supone una cuidadosa selección de los hechos y palabras que el periodista convierte en noticia. Los escándalos, las declaraciones explosivas, las encuestas, son materiales informativos que se valoran como ayuda para el conocimiento de los electores y se desechan cuando se descubre su naturaleza de recursos publicitarios de las campañas”.

¿Sí será que estamos priorizando en los espacios de información y opinión política, los intereses del elector? ¿O será que abrimos espacios sólo para el discurso y el proselitismo? ¿A dónde está quedando la formación al elector? Tendremos que reflexionar si será del buen periodismo político rematar una entrevista así: “Diga, a los ciudadanos que lo están viendo, por qué deben votar por usted”.  Tal pobreza en la iniciativa que permite explorar y recabar en favor del elector, dista mucho de lo que sugiere Javier Darío Retrepo cuando afirma: “Es importante el discurso del candidato en tanto consulta y responde a las expectativas del elector”. Y es enfático, reiterativo, cuando subraya: “Otras buenas prácticas son las de buscar las reacciones de los electores y las de señalar la distancia entre el discurso de los políticos y los problemas reales de los electores”.

Llevamos décadas oyendo el mismo discurso en campaña electoral, en todos los matices de todos los partidos. Tomemos en serio la enorme responsabilidad de interpretar al potencial votante, siendo leales a los deberes del oficio con respecto al ciudadano, que es a quien nos debemos.