El verdadero sentido de la vida es actuar con rectitud todos los días y en función de ayudar a otro y aportar para que el mundo sea mejor para todos y compartir nuestros bienes y nuestros sentimientos con los humildes y vulnerables.
El éxito es ser honestos y respetar los recursos públicos que son sagrados. Para ser mejores ciudadanos tenemos primero que ser buenos hijos, buenos padres, buenos esposos, en una palabra buenos seres humanos.
Solo la rectitud, la comprensión y la compasión nos harán mejores personas y buenos gobernantes. El poder es efímero y a veces nos vuelve intolerantes y vanidosos. Los mejores adornos de un gobernante son la sencillez, la humildad, la austeridad y la capacidad de escuchar a los demás.
Primero debemos ser buenos seres humanos para gobernar con justicia y probidad. Gracias a TODOS los que con su participación ayudan a sostener nuestra frágil democracia.
Para el Alcalde y concejales electos que Dios los ilumine y trabajen con amor y honestidad por nuestro pueblo. Doblemos la página de los agravios, los odios y las polarizaciones. El futuro depende de nosotros mismos y nuestro pueblo bien vale un sacrificio y un aporte: gobernar con transparencia.
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