28 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

La Amistad es una rica habilidad socioemocional

Enrique E. Batista J., Ph. D.

https://paideianueva.blogspot.com/

En la amistad hay un alma que reside en dos cuerpos;

y un corazón que habita en dos almas.

-Proverbio budista

La amistad es ante todo una habilidad socioemocional enseñable, cultivable y siempre perfectible en sus más altas dimensiones afectivas, éticas y morales para garantizar el bien común. Dado nuestro carácter de seres gregarios la amistad está asociada a la preservación de la especie humana y forma parte de nuestros genes, lo que nos conduce a no estar solos, a compartir, a vivir amando. Como habilidad socioemocional es una de las formas primigenias del trabajo en equipo y del liderazgo compartido para alcanzar fines comunes de interés general para todos. Como habilidad socioemocional estamos genéticamente programados para amar para ser solidarios, para unirnos con otros en la incesante búsqueda del bienestar mutuo.

La amistad es el espejo preciso frente al cual se refleja y construye en toda su riqueza la dimensión espiritual humana. Amar es ser humano y la amistad construye la humanidad que cada uno de nosotros lleva por dentro como tarea esencial y vital que tenemos que realizar para alcanzar satisfacción plena en nuestras vidas.

Los amigos nos causan cambios sustanciales en nuestras vidas y el amor refuerza los vínculos de unión entre nosotros.

El humano no fue creado para vivir sólo. Por eso el libro sagrado de los cristianos recoge las palabras del Creador: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”. Así, por mandato divino, toda relación entre humanos está hecha para superar la soledad y para recibir ayuda idónea de los demás. O sea, la amistad entre los cristianos no es sólo un asunto de herencia genética, sino un precepto superior. El ser humano por su propia condición genética o por mandato de El Creador no puede rehuir su expresión mediante distintas formas de comunicación humana.

Los humanos realizamos buenas labores no tanto para exclusiva satisfacción personal sino para lograr que los demás alcancen plena realización y para que de modo solidario nos amemos más entre todos. Por el amor y la amistad llegamos a ser más humanos y a alcanzar metas sociales de conjunto que de otra manera no serían posible lograrlas. Se resalta la importancia de destacar un día al año, cercano en Colombia al equinoccio de otoño, para recordarnos todos la valía de la amistad y la expresión solidaria de afectos.

Una “golondrina sola no hace verano”, señala un antiguo dictum; una persona sola no construye sociedad, tampoco sola construye su propio bienestar y mucho menos el de los demás.

El amor y la amistad son elementos vitales para la humanización de las relaciones entre las personas, están en la base de la convivencia y del buen vivir. Como se destacó, es una condición genéticamente determinada en la especie que lleva a la unión y a la asociación para compartir bienes y fortunas, pero también para superar dificultades, momentos difíciles, para amar, ser solidario, trabajar por el bien común en la búsqueda permanente de la felicidad. Por ello, no existe una sociedad humana en donde la amistad no sea considerada un valor determinante de las sanas relaciones.

No hay persona, por muy anacoreta y ermitaño que sea, que no viva, material y espiritualmente el valor solidario de la amistad. Se puede recordar a San Simeón el Estilita (del griego stŷlos = columna) quien vivió 37 años encima de una columna de piedra para llevar una vida ascética. Aun así, escribía cartas orientadoras para una vida en santidad, daba consejos y era visitado por miles de peregrinos para conocer sus sabias palabras y recibir bendiciones. Predicaba y compartía desde su columna.

Se es amigo de sí mismo, se es amigo de la sociedad, se es amigo con quienes convivimos, se es amigo de infinidad de personas no conocidas (como los “contactos” hoy en redes sociales), somos amigos también de la naturaleza y todas las especies vivas, somos amigos del planeta que habitamos. En la amistad encontramos las más sólidas posibilidades para sentir y expresar afecto y ternura.

Amamos a la naturaleza, a la patria, al terruño, a los símbolos patrios y también las manifestaciones humanas que son productos de la inteligencia y del corazón. Al amor y a la amistad le escribimos y cantamos. Muchas expresiones artísticas y literarias son reflejos claros y expresos de sentimientos de amistad y de amor. No hay arte, poesía, pintura o literatura en ausencia de serenos sentimientos de amor y de amistad.

Se logra la realización personal sólo frente a propósitos comunes y oportunidades múltiples, todas las cuales concurren a ser fruto ineludible de la amistad. No se trata de pensar y sentir como el otro, ni sustituir el desarrollo autónomo de los demás. No es una relación de subyugación o de dominio sino más bien horizontal de efecto y afecto mutuo en la vida de todos.

En la base de la realización personal está la capacidad de establecer y de mantener vínculos afectivos fuertes con otras personas, apreciar y cultivar de las diferencias culturales y de otra índole. La amistad es la base para la tolerancia y la evitación y superación de conflictos.

Una linda amistad siempre es una bella y hermosa melodía para nuestros oídos. Siempre cabe y es bienvenida una pequeña ayuda de los amigos tal como lo cantaron los Beatles en “Con una pequeña ayuda de mis amigos” (“A little help from my friends”) y los mensajes de estímulo a un hijo (de nombre Julian) de John Lennon que pasaba por momentos familiares difíciles, en “Hey Jude” el sencillo de más éxitos de ese grupo musical:

¡Oye Jude!, no lo eches a perder

toma una canción triste y mejórala,

recuerda dejarla entrar en tu corazón

entonces te va a ir mejor.

¡Oye Jude!, no tengas miedo

fuiste creado para hacerla tuya

cuando la sientas en tu piel

entonces te va a ir mejor.

¡Oye Jude!, no me decepciones,

la encontraste, ahora hazla tuya

recuerda dejarla entrar en tu corazón

entonces te va a ir mejor.

(El lector puede escuchar esas canciones originales en inglés aquí:  https://www.youtube.com/watch?v=AN5JT7wnlZM; https://www.musica.com/letras.asp?letra=835245).

El poeta cartagenero Luis Carlos López (con el muy simpático nombre de pila Luis Carlos Bernabé del Monte Carmelo López Escariza) en su estilo lleno de fina ironía no pudo menos que alegrase y acoger con efusión a  un amigo de colegio cuando lo encontró muchos años después. Le compuso un bello soneto que títuló “A un condiscípulo”:

¡Qué situación la tuya!… ¡Qué situación la mía!
Los dos fuimos alumnos de griego y de latín
y desde aquellos años de olímpica alegría,
tú no pasaste nunca de ser un adoquín.

Mas hoy, por un prodigio quizás de hechicería,
ya eres académico, tu casa es un jardín,
y sabiamente preñas de duros tu alcancía,
mientras que tu cofrade no guarda ni un chelín…

Después surgió el político. Yo apenas soy un cero.
Viajas en automóvil. Y yo por mi sendero
cabalgo en rocinante sin humos de chofer.

Y yo, cuando te encuentro, con qué efusión te acojo
—siempre andas por la calle más serio que un cerrojo—
con una de las cáusticas sonrisas del Voltaire…

Y el poeta colombiano Carlos Castro Saavedra, bien llamado el poeta de la esperanza para una vida mejor, escribió este poema que tituló “Amistad”:

Amistad es lo mismo que una mano

que en otra mano apoya su fatiga

y siente que el cansancio se mitiga

y el camino se vuelve más humano.

 

El amigo sincero es el hermano

claro y elemental como la espiga,

como el pan, como el sol, como la hormiga

que confunde la miel con el verano.

 

Grande riqueza, dulce compañía

es la del ser que llega con el día

y aclara nuestras noches interiores.

 

Fuente de convivencia, de ternura,

es la amistad que crece y se madura

en medio de alegrías y dolores.

 

Crecemos y cambiamos, nos desarrollamos y alcanzamos nuestras metas humanas al son que nos marca la amistad.