3 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Jornada Única y las construcciones escolares en Colombia @GobAntioquia

 

Por Enrique E. Batista J., Ph. D. (foto)

https://paideianueva.blogspot.com/

Hace más de medio siglo, en 1957 en el gobierno de Carlos Lleras, con el fin de aumentar cobertura, en lugar de invertir en construcciones escolares se perjudicó el desarrollo del talento de los colombianos mediante un “Plan de Emergencia”, hoy pareciera que fue por siempre, reduciendo las oportunidades de muchas generaciones de escolares para aprender más y mejor, se redujo el tiempo en la escuela a la mitad (duplicando en muchos casos el tiempo de vagancia de los educandos, lejos de procesos formativos esenciales o complementarios).

Cincuenta y dos años después no se subsana el atropello, ni se acaba la “Emergencia” a pesar de variadas disposiciones legales para que han propuesto terminarla, pero que no han pasado de momentáneas intenciones. En efecto, hace un cuarto de siglo, la ley general de la educación (115 de 1994, artículo 85) fijó que la educación se prestaría en una sola jornada diurna, y asignó al Ministerio de Educación Nacional la evaluación de las jornadas existentes con el fin de reglamentar los plazos para la implementación de esa única jornada.

En el Plan Nacional de Desarrollo 2014 – 2018, del presidente Juan Manuel Santos, se fijó la meta para implementar de modo gradual la jornada única hasta 2025 en las zonas urbanas y hacia 2030 en las rurales. Por su parte, en el Plan Nacional de Desarrollo 2018 -2022, del presidente Iván Duque, vuelve a aparecer la intención de lograr la jornada única focalizada en contextos de alta vulnerabilidad, en preescolar y  en los primeros grados de la educación primaria y media, con la meta, menos ambiciosa que la anterior y posiblemente más realista para lograr, de duplicar de forma gradual y progresiva el número de estudiantes  en jornada única al pasar de 12% que se tenía en 2017 a 24% en 2022.

La jornada única requiere plazas adicionales de maestros, estructuras físicas adicionales adaptadas a la enseñanza y aprendizaje mediados por tecnologías digitales, diseños para personas con discapacidad y fortalecido el Programa de Alimentación Escolar – PAE. Se requieren hoy escuelas y colegios con aulas y demás ambientes escolares para el aprendizaje activo, hubs (centros o núcleos) de aprendizaje y makerspaces (espacios colaborativos para la creación digital), entre otras innovaciones. Todos estos desarrollos innovadores llevan a actualizar las normas vigentes en cuanto a construcciones escolares (Norma Icontec sobre arquitectura, planeamiento y diseño de instalaciones y a ambientes escolares, normas que deben contextualizarse acorde con los planes de ordenamiento territorial).

Una dificultad adicional para la generalización de la jornada única escolar el problema radica en que muchas construcciones escolares que están en predios de particulares; en Antioquia, por ejemplo, se ha estimado que el 73% de los bienes inmuebles escolares están desprovistos de un vínculo jurídico que permita el uso y goce de manera ininterrumpida, muchos de ellos no tienen título de propiedad o están en litigio para resolver la situación.

Recordemos que el Plan de Acción impulsado por la UNESCO, firmado en 2015, para dar curso al cumplimiento hacia 2030 de las metas del Objetivo 4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, sobre educación, donde se señala la necesaria meta de: “Construir y adecuar instalaciones educativas que tengan en cuenta las necesidades de los niños y las personas con discapacidad y las diferencias de género, y que ofrezcan entornos de aprendizaje seguros, no violentos, inclusivos y eficaces para todos”. El ambiente físico escolar es una de las variables que afecta el progreso y los logros de los estudiantes y la posibilidad que tienen los maestros para ser creativos e innovar sus prácticas pedagógicas. (https://bit.ly/2IfFs4R).

La ministra de Educación Gina Parody indicó en 2016 que “construimos el plan más ambicioso de infraestructura educativa” y que en la iniciativa “Aulas para la Paz” se invertirían en cuatro años cerca de cuatro billones de pesos con los que se construirían 1.156 aulas nuevas y se mejorarían otras 1.061, con la meta de lograr en 2025 que el país fuese “el más educado de Latinoamérica”. Enfatizó, además que: “Nosotros pensamos dejar el país de jornada única para que todos los niños puedan asistir 8 horas al colegio”. También anotó que tendríamos una educación de calidad como la de Singapur, asunto en el que se le reconoce haber pensado con el deseo, aunque sin asidero a ninguna realidad que lo permitiera.

El gobernador de Antioquia Luis Pérez, en julio de 2019, expresó en carta dirigida al presidente de la República, su queja porque de las 53 instituciones educativas contratadas por iniciativa del Ministerio de Educación más de la mitad ni siquiera han comenzado; recalcó que “tengo el presentimiento que en el programa construcción de colegios nuevos para Colombia del Ministerio de Educación, se están robando el dinero público”. Queja que ha sido compartida a lo largo y ancho del país por alcaldes, gobernadores y congresistas. Además, la Contraloría General de la República encontró que de las 30.000 aulas nuevas que debían estar listas en diciembre de 2018 sólo han se construido 1.407 y entregado 230, el 0,7% de lo proyectado. De los 79 colegios terminados, sólo se han entregado 14 (el 17.7%). (https://bit.ly/2Zaa7pi). Las cifras a 2019 muestran que el 72% de los proyectos están en situación de riesgo medio o alto en su ejecución, lo que equivaldría a 4.770 aulas nuevas o por mejorar. (https://bit.ly/2UJhS3x).

Abundan en todo el país las construcciones escolares que no garantizan seguridad y comodidad para la comunidad educativa, tampoco facilitan el trabajo de enseñanza y demás acciones formativas del maestro, el aprendizaje, recreación y descanso de los alumnos. Carecen de la existencia de ambientes sanos para asegurar la salud, tanto física como mental, de la comunidad académica y para facilitar la interacción social en el contexto de una relación pedagógica edificante. En los ambientes rurales dispersos carecen de servicios de agua potable y energía, además de las áreas recreativas entre otras carencias.

Muchas dificultades o limitaciones visuales, y con ello retrasos en el aprendizaje y abandono escolar, se originan en inapropiadas e insanas construcciones escolares o en el uso de instalaciones físicas que no fueron concebidas para ser centros de promoción de la buena enseñanza y de altos logros formativos y de aprendizaje. Muchas enfermedades se adquieren por inadecuadas instalaciones sanitarias y carencia de agua higiénica para consumo humano. La acústica impropia fuerza a los maestros a enfermedades de su sistema fonatorio. Otros males se asocian a techos con material de asbesto reconocido elemento cancerígeno que afecta la salud de los alumnos, maestros y demás miembros de la comunidad educativa.

En las instituciones educativas con adecuadas instalaciones físicas los alumnos valoran más asistir a la escuela, se concentran más en sus labores de aprendizaje, se reduce la deserción y los riesgos de miopía. La UNESCO ha detallado cinco condiciones para el diseño de espacios educativos facilitadores del aprendizaje: 1. Ambientes físicos con entrada de luz natural lo cual facilita la concentración y las interacciones colaborativas. 2. Áreas de aprendizaje de usos múltiples, que faciliten la integración de estudiantes entre sí, con el entorno escolar y el trabajo colaborativo en equipo. (En escuelas de Finlandia no hay clara diferenciación entre aulas y pasillos ya que se eliminan las aulas cerradas y los espacios se interconectan para usos múltiples). 3. Mobiliario según cada área o ambiente de aprendizaje. El mobiliario impropio afecta las condiciones y los logros en el aprendizaje, así como la salud de los miembros de la comunidad educativa. El mobiliario debe ser ergonómico y la sustitución del pupitre tradicional es una necesidad inaplazable. 4. Espacios recreativos necesarios para el descanso, la recreación y diversos procesos de socialización. 5. Espacios al aire libre que, además de facilitar contacto con el mundo exterior, sean usados para la recreación y el descanso. Esos espacios forman parte de los ambientes múltiples de aprendizaje. (https://bit.ly/2LGYL9s).

A estas cinco recomendaciones de la UNESCO agrego: 6. Climatización y ventilación adecuada para regular la temperatura acorde con la zona en que se enseña y se aprende. 7. Agua potable, esencial para la prevención de una amplia variedad de enfermedades. 8. Unidades sanitarias con agua, jabón y papel higiénico, esenciales para un adecuado aseo y también para evitar contagios y enfermedades que afectarán el progreso de los alumnos y también la salud de los maestros. 9. Modo eficiente del uso de la energía con eliminación de peligros asociados a su uso. 10. Seguridad para los miembros de la comunidad educativa y para preservación de los bienes de la institución escolar. 11. Ambientación y pintura relajante que comunique tranquilidad y dé comodidad a todos. 12. Instalaciones para acceso a medios y recursos digitales en toda la institución educativa (tales como Internet de alto ancho de banda y Wi FI) que faciliten acceso a recursos de información actualizada en tiempo real y la colaboración para trabajo en proyectos sin circunscripción a un espacio único y limitado como la biblioteca física o las aulas de informática.

La jornada única escolar, donde ella sea posibles en instituciones educativas públicas, se tomará como una oportunidad para procesos formativos que no sean más de lo mismo sino para impulsar proyectos escolares trasformadores e innovadores haciendo uso del tiempo escolar adicional.