3 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Fajardo, el de más responsabilidades políticas en Hidroituango

Al analizar las responsabilidades políticas en el proyecto Hidroituango, precisamente quién más las tiene, es Sergio Fajardo, veamos.

Nombró gerente de EPM a Juan Felipe Gaviria, quién había tenido estrechos vínculos con Conconcreto, en calidad de miembro de su junta directiva y asesor, precisamente una de las firmas integrantes del consorcio constructor que se ganó el contrato más grande de este proyecto. Recuerden que Conconcreto venía de tremenda quiebra y que se recuperó antes de tiempo.

Llevó a la Junta Directiva de EPM a Federico Restrepo, quién venía de trabajar 23 años en Integral, firma que estaba quebrada, a la que le adjudicaron y ampliaron a dedo cuantiosos contratos multimillonarios en EPM.

Fajardo sabía estos antecedentes, y además el doctor Federico Restrepo nunca se declaró impedido. Pero lo más grave, es que el Comité de Asesores Externos de EPM contrató la firma internacional Skava, y sobre el estudio de esta empresa para determinar las causas de la emergencia en el proyecto en el año 2018, la Contraloría General de la República, la Procuraduría General de la República, el famoso documento engavetado con el análisis de las aseguradoras, entre otros, indican graves fallas en la asesoría y en los diseños hechos por Integral.

La politización de Hidroituango por parte de Fajardo continuó, cuando hizo nombrar al militante y activista de su movimiento, Federico Restrepo, como gerente general de EPM, en la alcaldía del fajardista Alonso Salazar, quién había sido su secretario de gobierno.

Es tal la afinidad política entre Fajardo y Federico, que lo puso de candidato a la gobernación para reemplazarlo. Y en un libro escrito por Fajardo, dice que de las cosas más lamentable es que Federico haya perdido. Recuerden que fue gerente de su pasada campaña presidencial, y hasta se le veía luciendo una ceñida camiseta de dicha campaña.

Y ver que Federico ahora lo niega…

Continuando con el tema de la politización, para nadie es un secreto los exagerados gastos en publicidad de Fajado por cientos de miles de millones de pesos, con recursos públicos, gran parte asumidos de manera disfrazada a costa de EPM, es decir a costa de los usuarios de los servicios públicos. Las cuantías son escandalosos, no las supera nadie, y tenían como último fin, afianzar sus aspiraciones presidenciales. Lo triste es que despreció los medios de comunicación locales, porque su reino no era de este mundo.

Desde el año 2004, cuando Fajardo se posesionó como alcalde, hasta el presente año 2020, han transcurrido 17 años, durante los cuales Fajardo ha estado dedicado a la política y/o politiquería, siendo protagonista directo 12 años, al parecer sin darse cuenta cuando no le conviene, pero si dándose cuenta cuando si le conviene: en calidad de alcalde de Medellín 4 años, de gobernador de Antioquia 4 años, y de alcalde de Medellín en cuerpo ajeno 4 años, con el oriundo de Pensilvania, Caldas, Alonso Salazar Jaramillo, quién llegó a la alcaldía, gracias a que Fajado le puso de manera solapada la maquinaria oficial a su disposición.