3 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El presidente Petro le cumple su palabra a la Primera Línea… 

@petrogustavo 

Petro sí sabía que iban a liberar a tres capturados de la primera línea en una tanqueta del Esmad. Es más, la orden de esa liberación salió de la Presidencia. 

Tendrían que ser muy cortos de inteligencia los colombianos para no interpretar que todo un director de la Policía Nacional, el general Henry Sanabria; todo un viceministro del interior, Gustavo García, y la consejera de la juventud, Gabriela Posso coincidan en la misma decisión sin una orden superior… 

La verdad es que el viceministro y la consejera presidencial protagonizaron el acercamiento con los manifestantes señalados por presunto vandalismo.  

El tono de las conversaciones entre los protagonistas, las frases del viceministro y los reclamos de los presuntos vándalos demuestran el sometimiento del alto funcionario. 

El vehículo de la Policía, del director de la institución, fue atacado con piedras y objetos contundentes, y el alto oficial tuvo que bajarse del automotor para inspeccionar los daños provocados por los manifestantes de la Primera Línea.  

El tono de las frases de los detenidos, posteriormente liberados, las respuestas del viceministro del Interior y la explicación, casi de memoria del director de la policía, demuestran cierto grado de sometimiento, por no decir de humillación de los funcionarios del gobierno: Estaban cumpliendo una orden superior. 

“Quíteme las esposas” y “se había demorado”, le increparon de entrada a Gustavo García dentro de una tanqueta del Esmad tres integrantes de la Primera Línea, quienes presuntamente, atacaron a piedra el carro del director de la Policía, general Henry Sanabria. 

La escena se presentó en las inmediaciones del Portal Américas de Transmilenio –en Bogotá– y duró dos minutos. Los detenidos le cantaron la tabla al funcionario, quien terminó cediendo a la petición que le hicieron: ser liberados. 

“Que nos quiten las esposas, por favor, que nos quiten las esposas”, fue otra petición que le hizo una mujer detenida en medio de las protestas del domingo en Bogotá al viceministro del Interior. 

Allí llegó el viceministro García después de salir de una reunión familiar, afanado, vistiendo tenis y camiseta leñadora para hacer lo que ningún Gobierno había efectuado: mediar en una captura de integrantes de la Primera Línea para evitar que fueran llevados a la cárcel.  

El viceministro y los capturados no estaban solos. Junto a ellos tomaron asiento dos gestores de paz de la Alcaldía de Bogotá y uniformados de la Policía y del Esmad, que habían estado a cargo de la retención de los jóvenes que, presuntamente, participaron en desmanes. 

Los involucrados en el episodio fueron Jairo Esteban Hernández, Johana González Gaona y Nataly Stefania Vásquez Torres, según los mismos nombres que entregó la institución.  

La mujer que tenía el chaleco de prensa comenzó a reclamarle al viceministro. 

“Sumercé llegó tarde porque no se dio cuenta cuándo nos metieron”, le reclamó. “Llegué lo más pronto que pude, de verdad que se me hizo difícil, yo la verdad estaba con la familia”, se excusó el funcionario del Gobierno. 

El regaño de la marchante al viceministro continuó. “Es importante que del territorio del portal resistencia se empiecen a construir espacios de paz, esto no puede seguir pasando. En cada manifestación a diez o doce pelados (los cogen)”, le interpeló la comunicadora al viceministro, sin dejarlo responder cuando él le pedía conversar. 

Pero más lamentable la explicación del director de la Policía, quien parecía repitiendo de memoria una orden superior: “El viceministro se presentó con el propósito de lograr el diálogo con estos jóvenes para evitar que siguieran afectando lo público y lo privado al paso de ellos por las diferentes vías. La presencia del viceministro tuvo como propósito exclusivo dejar que estos jóvenes no utilizaran la violencia como forma de manifestación pública”. 

García aseguró que “en ningún momento se hizo una intermediación ilegal para la liberación de las jóvenes, fue la Policía la que encontró que ellos no habían sido detenidos en flagrancia”. Esa declaración no apagó la polémica de que el Gobierno terminara tomando partido en una diligencia de la Fuerza Pública. 

Vale recordar quién es Gustavo García. Llegó a la política gracias a su papá, el excongresista Liberal Guillermo García Realpe, uno de los primeros militantes de ese partido que le entregó las banderas de la colectividad a Gustavo Petro. 

García intentó llegar al Congreso por la Coalición Centro Esperanza y no lo consiguió, pero con la llegada de un Gobierno cercano a su familia terminó aterrizando en el Viceministerio del Interior.(Foto El Colombiano). (Con datos de El Colombiano).