28 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El oficio de escribir

Por Federico Duque Posada (foto)

Luego de una enorme pausa en esta relación tóxica que tengo con las letras que adornan cada uno de mis escritos, vuelvo a escribir y a desahogarme.

Esta no es la usual columna a la que usted, <<mi querido lector, si es que aún me queda alguno luego de mi ingratitud>> no está acostumbrado a observar, toda vez que en estas pocas líneas quiero manifestar el inconformismo que se tiene a través de la escritura y al momento de ganar adeptos con plasmar en una hoja, un montón de pensamientos personales que terminan convenciendo a los demás y lo más extraño aún, terminan solidarizándose con el autor, como si  uno viviera su propia vida a través de terceras personas.

Es entonces como me puse a pensar que aunque, escribir una columna, que más bien se veía como una forma de desahogar pensamientos, también implicaba un grado importante de seriedad, en la cual no se podía simplemente plasmar dos o tres ideas buscando aprobación si no que realmente esto merece el absoluto respeto, pero, me cansé de escribir por escribir, de buscar un sentimiento de indignación, un suceso político o una noticia para hacerle eco a una columna, la cual, a la hora de leerla no me producía absolutamente nada.

Decidí tomarme un respiro, decidí hacer un alto en el camino y oxigenar mis ideas, oxigenar el discurso, leer, recopilar historias y tratar de volver a este oficio, el cual  se debe respetar y se debe honrar, como alguna vez lo hizo Gerardo Emilio, mi padre.

Alguien, me hacía un reclamo respecto al por que no había vuelto a escribir, que por que dejaba a mis lectores a mitad del camino, expresión que me sorprendió porque nunca había escrito para la gente, nunca había escrito para ganar o generar adeptos, simplemente lo hacía para desahogar el alma, la mente y el corazón, el cual dejamos acumular de basura diariamente e ignoramos porque vivimos ocupados en otras cosas absolutamente distintas a lo verdaderamente importante.

Y lo importante no es aquello que se define dentro del romanticismo como abrazar a un ser querido o cualquiera de esas cursilerías baratas a las cuales estamos acostumbrados a leer, lo importante para este columnista que tiene la indelicadeza de llamarse a si mismo escritor <<por ego>>  es ser una persona responsable, en todo el sentido de la palabra, es decir, responsable con su entorno y quienes lo rodean, responsable con su salud física y mental, a la cual no le prestamos mucha atención y que deberíamos hacer para no caer en egoísmos, depresiones o inclusive suicidios.

Importancia a construir y conseguir la felicidad que de manera tan subjetiva se nos presenta a cada uno y de formas tan distintas, como seres humanos hay en el mundo, pero no me quiero desviar y a ese tema le pondremos especial cuidado más adelante y le dedicaré un escrito serio y responsable a la salud mental de las personas.

Luego de hacer catarsis y para concluir, quiero pedirle disculpas a usted mi querido lector, unas sinceras disculpas por hacer un alto en el camino y dejar que me fluyeran más las ideas, le prometo a quien me lee, que a partir de hoy vuelvo con más historias, con más desahogos y  análisis políticos a los que lo tenía acostumbrado, solo que ahora con mucha más seriedad, alegría, responsabilidad y determinación, tomaré el Oficio de Escribir.