26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El laberinto sin salida del poder colombiano @SenadoGovCo

 

“La degradación ética y moral de los partidos permeó dirigentes, degradó la cultura política ciudadana y convirtió la política en instrumento para el festín de lo público”

Por Marcos Silva Martínez

No hay partidos. Hay organizaciones para cazar votos y disputarse el poder y el manejo de lo público. De tal contagio no son inmunes las organizaciones autodenominadas de izquierda y/o progresistas e independientes.

Son causa fundamental de la precaria, mediocre y clientelizada estructura del poder y de la controvertida y débil institucionalidad.La institucionalidad opera bajo directrices del poder de turno, definidas según sus conveniencias. Bajo esa condición y a través del clientelismo y la politiquería, desnaturalizan y fragilizan el equilibrio de poderes. El equilibrio de poderes es imprescindible para lograr un aceptable sistema democrático. Sus efectos evidentes se traducen en impunidad y corrupción, como impera en Colombia.

Es lo que ocurre hoy con la derecha y ultraderecha en el poder. La implacable saña contra los acuerdos de paz con las Farc (partido Farc) y sus órganos de acción y desarrollo obedece al obcecado propósito de dominio del poder político y económico y a la defensa del clientelismo y la impunidad, para sus círculos de poder. (Lea la columna).