26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Jodario: ¿El malo es Zidane? @eljodario

 

Por Gustavo Alvarez Gardeazábal (foto)

En Colombia casi ninguno de los líderes políticos o empresariales o deportivos llega a lograr unanimidad en el aplauso. Casi todos se quedan siempre con solo máximo la mitad de los colombianos a su favor (la otra media o los detesta o sencillamente no les reconocen liderazgo nacional). Por eso es muy significativo que al futbolista James Rodríguez, uno de los pocos ídolos totales, lo tengamos tan abandonado en la miserable pelea que le ha montado desde hace dos años el entrenador del Real Madrid, el tal Zidane.

Yo no sé de fútbol pero como no he perdido mi sentido común, cuando interpreto lo que dicen los cronistas deportivos de España y América y Alemania, a los que he leído en procura del conocimiento que no poseo, me encuentro con una verdad de puño. A James Rodríguez, que tiene un patadón con la izquierda y una capacidad de servir de armador en cualquier equipo, lo compró por una suma crecidísima don Florentino, un constructor español, dueño mayoritario del Real Madrid. Por alguna razón, porque juega con la izquierda, porque es tartamudo, porque tiene un estupendo gusto por las mujeres bonitas o por algo que nunca nos han contado, el entrenador del Madrid, el señor Zidane (que también fue jugador), le hizo el fo desde que llegó, lo mandó a la banca y lo fue aislando hasta que lo aburrió. Florentino, para salvarlo, lo negoció en préstamo con los alemanes del Bayer creyendo que uno o dos años después se lo comprarían al menos por la suma que lo había adquirido. Tampoco fue así. Algún morrocó  tiene el muchacho pues pese a sus goles, el Bayer lo fue mandando a la banca hasta que lo devolvió.

 Ahora James, el ídolo nacional del fútbol, está de nuevo menospreciado bajo las órdenes de Zidane que no lo pondrá a jugar y lo desvalorizará a punta de aislamientos hasta que lo haga desaparecer. Lo raro es que en Colombia nadie habla mal de Zidane y tenemos a James solo, sin apoyo…

LAS JUGADITAS

Este país parece inundado de jugaditas. No alcanzamos a ver la última que nos dizque iba a hacer el antiguo presidente del Senado, cuando el senador Robledo denuncia que la ministra de Trasporte andaba haciendo una jugarreta que pretendía poner encima de la mesa (o por debajo de ella) muchísimos miles de millones de pesos. Y,como si fuera poco, en la provincia que no repercute en Bogotá, van apareciendo más y más jugaditas sin que ninguna de las ías se inmute y, por supuesto, sin que los medios bogotanos las recojan. El último ejemplo lo están dando en Santa Marta, donde la democracia no es propiedad de los Cotes (que no la practican) sino del extraño mundo del subuso.

Allá, en Santa Marta, el alcalde Rafael Martínez lo encerraron en su casa, y lo bajaron del puesto, por un delito que hasta sus enemigos dicen que no cometió. Finalmente el Juzgado Primero Penal del Circuito le otorgó la libertad y pudo volver al puesto. Pero esa libertad se la concedieron justo en el momento en que comenzó a regir la inicua Ley de Garantías, que se salta el Fonade, pero que se aplica a rajatabla en materia política. Como tal entonces, el alcalde Martínez volvió a su despacho pero se encontró con un gabinete que había nombrado el alcalde encargado, un foráneo de apellido Rugeles, sostenido por los hilos de la democracia bogotana y que, por supuesto, no es de su confianza porque a los suyos, a los que él tenía desde su posesión, el señor Rugeles fue sacando uno a uno mientras ejerció temporalmente la alcaldía.

El alcalde samario no los puede echar por la bendita ley. No les puede pedir la renuncia porque la furia de la madre abadesa le cae encima. Le toca gobernar entonces con sus enemigos, que obviamente son de la cuerda de los Cotes, dueños de todos los poderes en la querida Santa Marta. ¡Jugadota del carajo!

facebook.com/gustavoagardeazabal/

gardeazabal@eljodario.co