9 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El hombre invisible

Descripción: escritor

Por Darío Ruiz Gómez

Leí en mi adolescencia la novela de H.G. Wells”El hombre invisible” y quedé impresionado por la parábola sobre a lo que puede   conducir  una torcida  utilización de la ciencia, un joven científico que para conseguir elaborar un traje que lo haga invisible después de muchas penurias  y después de lograrlo se desliza finalmente hacia el crimen. Wells autor de “La máquina del tiempo”una  obra maestra como Borges reconoció fue un defensor de la clase obrera, del movimiento feminista y de la idea de progreso. ¿No hemos sentido en algún momento la necesidad de contar con ese traje que nos hace invisibles para actuar como queramos al margen de la ley, para llevar a cabo venganzas o espiar a quien queramos en su intimidad? La pregunta es imprevisible en sus alcances, pero sacude nuestros principios morales, nos recuerda que sin saberlo siempre estamos al borde de la tentación del abismo. Un mes antes de su consagración como Presidente escribí sobre Petro una columna que parecía un tanto peregrina:”Petro no existe” en base a la información de que a través de su campaña nunca lo ha acompañado el llamado fervor popular, algo que a lo largo de estos meses ha estado echando de menos, porque  en sus intervenciones o  debates con sus opositores tampoco  ha demostrado los arrestos propios del dirigente  de izquierda.  Nada más terrible que las ideas supuestamente revolucionarias que se quedan en letra muerta. Lo que olvidaban Petro y sus consejeros de las FARC era que los cambios políticos en el mundo ya habían llevado a una definitiva liquidación del lenguaje promesero de una izquierda populista. Podemos el Partido populista español mentor del Petrismo-quinterismo acaba de desaparecer del escenario político de España ya que era imposible que sus mentiras siguieran sosteniéndose indefinidamente. Aislados de las clases populares se dieron a convertir sus fijaciones sexuales en su única prioridad, amén de ese ridículo intento de inventarse un lenguaje de la igualdad sexual: todos, todas y todes, miembros y miembras. ¿Dónde estuvieron los teóricos petropodemitas, los cuadros de investigadores económicos, sociales, los cuadros de intelectuales y de historiadores, la nueva antropología de la  esta izquierda? ¿No se habían dado cuenta de que la crisis de este populismo es mundial y de que verificar esta crisis por parte de muchos analistas democráticos no era “anticomunismo” sino una verificación objetiva de las nuevas realidades políticas que ha conducido a que el giro a la Derecha se produzca sin obstáculos? La pereza intelectual de nuestra izquierda universitaria, obrera ha quedado crudamente al desnudo ya que una sociedad no se cambia sin saber qué es lo que se va a cambiar, sin conocer in situ la pluralidad de los grupos étnicos, los indígenas de carne y hueso, la capacidad crítica de la ciudadanía.

Petro entonces, comenzó desde un emocionalismo, sin un indispensable marco teórico que esta recocha no le redactó ni fueron capaces de sustentar debidamente. ¿Qué proyecto político podría darle a Petro ese folclórico Partido Frankestein llamado “El Pacto Histórico”? ¿Qué conocimiento sobre la situación económica de las comunidades campesinas, de las nuevas realidades urbanas? ¿O qué ha sucedido social e históricamente, repito, con la desaparición de la clase obrera y con el nefasto poder disociador de los grandes capitales de las llamadas economías secretas? Ante toda mala coyuntura el traje de hombre invisible nos deja en la misma perplejidad: ¿A dónde se habrá ido cuando amargamente ha ido encontrando las plazas y las calles vacías?

La intermitencia gubernativa, las continuas contradicciones en sus discursos públicos nos han mostrado a un Presidente desnortado, víctima de las hilachas de un discurso populista que se ha consumido en la nada.