20 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Las próximas elecciones en Venezuela serán con voto electrónico

Por Guillermo Mejía Mejía

El domingo 28 de julio de 2024 se realizarán elecciones presidenciales en Venezuela, en medio de las inhabilitaciones gubernamentales para María Corina Machado, la candidata con mayores opciones para derrotar a Maduro. A pesar de la condena de organismos internacionales y de algunos paises y sobre todo de denuncias de amenazas y de desinformación por parte de partidarios del chavismo y del colombianísimo ELN, el proceso sigue para adelante, bajo la batuta del poco imparcial Consejo Nacional Electoral-CNE-, elegido igual que el de aquí, por la Asamblea Nacional Constituyente, de inmensa mayoría a favor de Maduro. A última hora, la oposición logró una débil unión e inscribió a Edmundo González Urrutia, un poco conocido candidato que proviene de la diplomacia. Es pues Maduro, que lleva 12 años en el poder, el que se enfrente a este débil aspirante que se parece más a Héctor J. Cámpora aquel candidato argentino que aceptó ser presidente para allanarle el camino a Perón, a quien los militares le habían prohibido regresar a Argentina y convertirse en aspirante a la presidencia. La idea sería que, si a González lo eligen, renuncie para que luego escojan a Corina. Pero la cosa no es tan sencilla porque las votaciones en Venezuela no se hacen en papel sino por medio del voto electrónico que veamos cómo se implantó en el vecino país.  

Venezuela, al igual que Brasil, utiliza el sistema de voto electrónico. Precisamente una empresa creada por inversionistas venezolanos en el año 2000, Smarmatic, para este fin, ha sido la pionera en la implementación de este modelo en varios países del mundo. Sus creadores fueron Antonio Mugica, ingeniero electrónico de la Universidad Simón Bolívar de Caracas, Alfredo José Anzola y Roger Piñate. Estos visionarios lograron convencer al gobierno venezolano de Chávez, para crear una empresa mixta con capital privado y del Estado, a través de un empréstito otorgado por un banco oficial venezolano. Este crédito fue debidamente cancelado por Smarmatic, mediante los pagos que le hizo el CNE de Venezuela. En un solo contrato, este organismo le pagó a Smarmatic 127 millones de dólares por el celebrado para las elecciones de alcaldes y gobernadores en el año 2004. Una vez pagada la deuda, el Estado venezolano se retira de la sociedad. 

Desde el 2004, Smarmatic ha participado en 14 procesos electorales en Venezuela y en elecciones en Estados Unidos, Curazao y Filipinas y ha realizado pruebas piloto en Perú, Argentina, Colombia y en Malí, en África. 

Ya para el año 2012, la empresa venezolana Smarmatic había crecido de tal manera que logró ganar una licitación en Brasil, abierta por el Tribunal Supremo Electoral, TSE, pero ya en consorcio con otras filiales unidas en Engematic, constituido por Smarmatic Brasil Ltda and Smarmatic International Corporation. 

Lo misterioso del caso es que uno de sus primeros socios, Alfredo José Anzola, sostuvo un público romance con la excanciller Delcy Eloina Rodríguez Gómez, actual vicepresidenta de Venezuela, mientras el hermano de ésta y cuñado de Anzola, Jorge Rodríguez Gómez, médico siquiatra, era presidente del Consejo Nacional Electoral venezolano. Durante la presidencia de éste, fue cuando le adjudicaron a Smarmatic los millonarios contratos con los que la firma hizo su despegue de cohete aeroespacial. 

La comidilla venezolana le atribuye al gobierno de Chávez la muerte de Anzola, uno de los socios de Smarmatic, fallecido en un accidente de aviación en un avión Piper Navajo en ruta Maiquetía Curazao. Este avión ejecutivo charter era piloteado por Mario José Donati, de 43 años. Ese fue su último vuelo. A pocos minutos de despegar, el avión ejecutivo se desplomó sobre una casa en el sector Catia La Mar cercano al aeropuerto de Maiquetía. En el siniestro murieron los tres ocupantes del avión y seis personas en tierra. Según los comentarios, Anzola no quiso aumentar las coimas que le debía a funcionarios del gobierno y amenazó con denunciarlos. 

No obstante lo anterior, la empresa sigue en crecimiento y es así como ya su sede principal está en Londres, desde el año 2012, y cuenta con 600 empleados y 16 oficinas alrededor del mundo, desde las cuales promueve la implementación del voto electrónico en cada uno de los países donde tiene sede. 

Pero esta luna de miel entre los gobiernos de Chávez y de Maduro y la firma Smartmatic, llegó a su fin a mediados del año 2017, cuando sus directivos, a la cabeza de los cuales se encuentra su director y socio Antonio Mugica, una vez a salvo en Londres, denunció la manipulación de la elección de la Constituyente de Venezuela y aseguró que estimaba “la diferencia entre la cantidad anunciada y la que arroja el sistema es de al menos un millón de electores”.

¿Qué llevó a Mugica a denunciar a su antiguo socio, el gobierno venezolano, de manipulador de las elecciones de la Constituyente? 

No deja de ser por lo menos dudosa la sinceridad de la denuncia de Smartmatic, hecha desde Londres, cuando la firma venía siendo la manejadora exclusiva del sistema electoral venezolano desde el año 2004. La pregunta que cualquier desprevenido se hace es ¿si las anteriores elecciones no fueron manipuladas y si su antiguo socio, el gobierno venezolano de Chávez y Maduro, nada tuvo que ver en los resultados de las elecciones en las que estos personajes fueron elegidos y reelegidos? 

Lo más verosímil es que no le convenía a la empresa de marras, la cercanía, ni la referencia que se tenía de ella como cercana a un gobierno desconocido por la mayor parte de los Estados del mundo. Mugica se lavó las manos con su denuncia en Londres, pero dejó la sensación general de que los procesos electorales electrónicos venezolanos anteriores, manejados por Smarmatic, tampoco fueron un dechado de virtudes. 

Con este sistema electrónico, manipulable por el CNE y por el gobierno, será reelegido Maduro, al mejor estilo de Putin, para eternizarse en el poder al igual que su antecesor Juan Vicente Gómez que gobernó en ese país desde 1.908 hasta 1935, 27 años, cuando murió. 

P.D. Por el cabildeo de Smarmatic, que puso sus máquinas en el Capitolio Nacional para descrestar a los congresistas, se aprobó la ley 892 de 2.004, que convirtió en obligatorio el voto electrónico en Colombia. El que presentó el proyecto de ley fue el senador, de ese entonces, Samuel Moreno Rojas.