@PartidoVerdeCol @JaimeCuartas
La encuesta del Partido Verde para determinar el aval a la Alcaldía de Medellín ha culminado en un resultado tan ajustado que traspasa los límites de un empate técnico y roza lo inverosímil.
La irrisoria diferencia de 0,2% entre Daniel Duque (22,1%) y Jaime Cuartas (21,9%) es más pequeña que el margen de error de la misma encuesta, planteando interrogantes serias sobre la legitimidad de cualquier victoria proclamada en estas circunstancias.
De acuerdo con las reglas fundamentales de las estadísticas, para determinar quién lidera una contienda, las tendencias de voto deben alejarse más allá de los márgenes de error. En este caso, la brecha entre Daniel Duque y Jaime Cuartas no cumple con este criterio. La disparidad es tan estrecha que resulta imposible definir con precisión cuál candidato tiene mayor intención de voto.
La transparencia del proceso de la encuesta también merece ser cuestionada. Un incremento inesperado de 1200 a 1203 encuestas, un número que coincide exactamente con la ventaja porcentual de Duque, despierta sospechas.
Sin embargo, lo que agudiza aún más la incertidumbre es la falta de veeduría durante la realización del sondeo y la resistencia a compartir detalles sobre la selección de la muestra y las fechas de realización del estudio.
Los candidatos, a quienes solo se les notificó de los resultados cuando ya era demasiado tarde para cuestionar el proceso, se encuentran ahora en una encrucijada indeseada.
Sumado a ello, la sombra de una posible intervención de la centralidad bogotana, dados los vínculos entre la Alcaldesa Claudia López y su compañera Angélica Lozano con Daniel Duque, añade un nuevo matiz de duda a la situación. Para eliminar estas suspicacias, el mecanismo de asignación del aval debe ser transparente e imparcial.
En resumen, la dirección departamental del partido tiene la responsabilidad de diseñar un nuevo mecanismo para desempatar la encuesta y otorgar el aval, como bien sugiere la congresista Katherine Miranda.
Un enfoque claro, transparente y democrático es esencial para mantener la confianza de los simpatizantes y garantizar que el partido no sea percibido como un títere de los intereses de la capital.
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