27 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Derrumbando la historia

 

Por Ramón Elejalde Arbeláez (foto)

Ejemplos existen en el mundo, donde los bienes de los capos o los violentos, sirvieron de museos para contar sus horrores y decirle a la posteridad que existen hechos que no se pueden repetir y que nos avergüenzan

Definitivamente con pólvora no ocultamos hechos de un vergonzoso pasado, ni limpiamos nuestra conciencia colectiva. Destruir el edificio Mónaco, pretendiendo superar una historia nefasta para Colombia, es como esconder la basura debajo del tapete. Ejemplos existen en el mundo, donde los bienes de los capos o los violentos, sirvieron de museos para contar sus horrores y decirle a la posteridad que existen hechos que no se pueden repetir y que nos avergüenzan. Más que destruir bienes es necesario un propósito colectivo de cambiar estereotipos que nos han llevado a buscar el dinero fácil, comportamientos mafiosos y a defender principios errados como el de todo vale.

Cayó Pablo Escobar y desde entonces han corrido su misma suerte o sido detenidos y encarcelados, cientos de jefes y subjefes mafiosos, que han tenido en viviendas, fincas, carros, aviones, caballos, joyas, edificios, etc. la corona de sus fechorías y de su efímera gloria. ¿Tendríamos que dinamitar todo eso para aplacar nuestras culpas colectivas? (Lea la columna).