26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

De la mano de Mon y Velarde, Rodolfo Correa recuerda las raíces de la antioqueñidad @RodolfoCorreaV @AlvaroUribeVel @GobAntioquia


En un didáctico video, el profesor Rodolfo Correa (foto) relata cómo Juan Antonio Mon y Velarde fundó la antioqueñidad y 234 años después, su causa sigue vigente.

El profesor Correa, recuerda que para esa época (1785) el Arzobispo-Virrey Caballero y Góngora nombró a aquel ilustre español como Visitador de la Provincia de Antioquia.
La historia comienza con un especial suceso: En esa época llegó a manos del Virrey una carta en la que habitantes le decían al noble que «esta provincia, por su despoblación, miseria y falta de cultura, sólo era de compararse con las de África”
Fue así como, explica Correa, a la llegada del Visitador a Antioquia este fue el diagnóstico que hizo sobre la crisis de la región:
A). La elevada tasa de crecimiento demográfico.
B). La crisis de la minería.
C). La falta de tierras aptas para la agricultura.
D). La concentración de la propiedad de la tierra en grandes latifundios.

Y frente a esos puntos propuso lo siguiente:
A. Promover la fundación de nuevos poblados en los que la tierra fuera gratuita y libre para cultivar.
B. A su costa, llevó a Antioquia dos familias de tejedores “con los telares y tornos correspondientes, dándoles cierto número de arrobas de algodón, facilitándoles por parte del Cabildo terreno en que edificar casa, y concediéndoles los fueros de vecinos honrados, pero en caso de no alcanzar la cantidad depositada para hacer efectivo su establecimiento, me constituía en obligación suplir lo que faltase, la que de nuevo ratifico reiterando mi solicitud
C. Impulsó los procesos de colonización de nuevas regiones, que llevó a la fundación, en los siguientes años, de numerosos poblados, como: Anzá, Barbosa, Concepción, Cañasgordas, Envigado, Fredonia, Gómez Plata, La Ceja, La Unión, Olaya, El Retiro, San Vicente, Santa Bárbara, Santo Domingo, Santuario, Sonsón, Titiribí, Toledo y Urrao.
D. Obligó a los mineros a desarrollar sementeras en sus lugares de laboreo y expidió un nuevo código de minas, que reemplazó al que había expedido Rodas, dos siglos antes.
E. Prohibió matar ganado hembra, sin permiso de las autoridades. Impulsó la cría de cerdos y ganados para que se pudiera comer carne por parte de las gentes que laboraban en las minas.
F. Creó en todas las poblaciones “Juntas de agricultura”, que implantaran nuevos cultivos y nuevas técnicas de trabajo, obligatorias para todos los ciudadanos.
G. Implantó, a la fuerza, la moneda de plata, con el fin de acabar con el trueque y los pagos con oro en polvo. Y para ello fundó en Santa Fe de Antioquia una casa de fundición.
H. Implantó un impuesto de valorización, al obligar a las comunidades a pagar, entre todos los vecinos, el costo de las obras públicas de beneficio común.

Mandó a arrasar las malezas de los centros poblados, blanquear las casas, tumbar las que amenazaban ruina y que nadie pudiera edificar sin permiso del Cabildo. Ordenó empedrar y aliñar las calles y hacer paseos públicos. En Medellín construyó la carnicería, la pila de agua en el centro de la plaza y puentes sobre el río.

Le dio un manejo empresarial a los impuestos, puso al día el asiento contable de las cuentas y castigó con severidad a los defraudadores del tesoro público.

A los habitantes de San Cristóbal, en las goteras de Medellín, los obligó a construir casas de tapia y teja so pena de tener que cambiar de feligresado.

En algunos sitios de indios como El Peñol, Pereira, Sabaletas, Arma Viejo y Santa Bárbara los amenazó con que, o construían sus casas, o les quemaba sus bujíos.

Estas son las historias que deben inspirar los liderazgos de Antioquia. El pensamiento de los grandes forjadores de la cultura y la pujanza paisa y que según Rodolfo Correa deben servir como brújula de los próximos gobiernos. (Video Rodolfo Correa).