6 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Crónica # 73 del maestro Gardeazabal: El daño que nos hizo Trump

@eljodario

Ayer, cuando el Colegio Electoral Norteamericano declaró oficialmente elegido a Joe Biden se puso término igualmente a los cuatro años del gobierno del hombre que más ha causado daño y estropicio al mundo desde 1945.

Es por su mal ejemplo al negarse a usar mascarilla que ya han muerto casi 300 mil estadounidenses y pueden morir otros 200 mil antes de marzo. Su desprecio de ignaro por la existencia de la peste, su fruto de la  incultura que lo caracterizó todo su mandato, su afán de burlarse de los científicos que tenía a su lado, pero sobre todo su virulenta manera de entender que el covid era solo una peste china o una que fabricaron los demócratas para derrotarlo, tiene hoy a Estados Unidos con los hospitales llenos, los habitantes de los estados obedientes a su equivocado mandato repletos de muertos y él, enfrascado en una feroz carrera por hacer vacunar a todo el mundo sin saber aún las reacciones que el medicamento puede engendrar,  buscando así  puesto en el podio de la gloria que le negará la historia o quizás hasta el beneficio  económico de quien sabe cuál farmacéutica.

A nivel mundial, Trump consiguió menospreciar el tratado del medio ambiente y sembrar, no solo entre sus seguidores del medio oeste ignorante sino entre millones en el mundo, que el cambio climático y el daño ambiental no existe porque es más importante obtener ganancias económicas dejando explorar petróleo en el Ártico que preservando la reserva fundamental de hielo en los polos que el mundo necesita para sobrevivir y el nivel de los mares para no salirse de madre. Pero también les armó camorra a los amigos de Estados Unidos que después de 75 años de terminada la segunda guerra mundial se encontraron con un presidente gringo que odiaba la Otan, desconocía los pactos antinucleares con Irán, pisoteaba los de armamentos con Rusia, que habían firmado sus antecesores, y desequilibró el orden establecido actuando muchas veces como dictador y no como presidente de una democracia aunque en el fondo lo que quería era sembrar el desorden para obtener pingües ganancias económicas y tener que presenciar hasta  la quiebra mil millonaria del fracking. La historia le perdonará a Trump sus iras provocadoras, sus envidias de nuevo rico que buscaba el igualitarismo, hasta la pereza, la lujuria y la gula de que hizo gala. Lo que no le perdonará jamás es su soberbia y su avaricia.

Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal