@eljodario
La falta de conocimiento del momento geopolítico que vive el mundo o la ambición enloquecida por aparecer como actores en tan peligrosos escenarios, llevó al pájaro loco del Ministro de Defensa a volverla a embarrar y al presidente Duque a insistir tercamente en que el fracaso de su política contra Venezuela y la dictadura de Maduro, todavía se puede rescatar.
Repitiendo el procedimiento y los protagonistas y saltándose otra vez a la vicepresidente que funge como canciller, el Ministro de Defensa soltó al aire que Rusia e Irán están interviniendo en las fronteras colombianas a través del armamento con que han dotado a los antiguos chavistas. Con la misma velocidad y credulidad del Pájaro Loco de las tiras cómicas, y apostando seguramente a que los Estados Unidos le van a agradecer que Colombia se sacrifique como la Ucrania latinoamericana, el ministro se basó en un informe chimbo de inteligencia y pretendió equilibrar desde Bogotá el tablero del juego que hay entre la Otan y Moscú.
Sin usar la mínima lógica y convirtiendo en un ejército ofensivo a los 68 soldados rusos que están apostados hace años como fuerza de instrucción en Venezuela, este gobierno pretendió provocar cual hormiga arriera al mastodonte soviético. Pareció entonces por casi un día entero que el presidente Duque y su deslenguado ministro buscaban absurdamente generar un traslado del conflicto por Ucrania al territorio colombiano. Por supuesto esa jugada de principiante de ajedrez en el tablero internacional no nos conviene ni a nosotros ni a la paz del mundo y, como era de esperarse, originó una reacción airada del gobierno de Putin a través de su embajador en Bogotá. Y debió haber sido muy grande el jalón de orejas desde Washington o el tono de respuesta del gobierno ruso demasiado duro, porque en menos de 24 horas y cuando ya la unidad investigativa de El Tiempo había publicado que estaban en condiciones de informar que se había detectado giros tipos money order de plata rusa en plena campaña electoral, el presidente Duque tuvo que intervenir directamente y convocar al embajador ruso junto con el bocón del ministro y la minimizada vicepresidente y canciller para desbaratar la embarrada del ave locuaz.
Nos queda por saber cuál de los grupos de presión a los que el gobierno es proclive ha pretendido, vía ministro insensato, armarnos esta tramoya en un momento tan crítico. (Opinión).
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