26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Con padrenuestros ajenos

Por Rodrigo Pareja

Al contrario de los que le adjudican todo lo malo que ocurre en el país, de pronto hasta con algo de razón, otros afanados por conseguir su santificación en vida, le adjudican a Álvaro Uribe, así sea con falsedades, la paternidad de cuanto tenga alguna significación o mérito.

Acaba de suceder con el túnel de La Línea, una colosal estructura que enorgullece a Colombia en el concierto continental, pero como ha ocurrido con muchas otras obras, inaugurado sin que estuviese totalmente terminado.

Aunque esto al final puede ser apenas una anécdota, lo cierto es que terminado totalmente o no, se le pretende adjudicar sin mérito alguno al ahora enredado expresidente, inclusive acompañado por su ex ministro de obras, Andrés Uriel Gallego, quien lo entregó a su sucesor en el uno por ciento cuando dejo de tener incidencia sobre el.

En ese entonces, lo afirma Germán Vargas Lleras el ex vicepresidente del primer gobierno de Juan Manuel Santos, el túnel era un muerto y en los dos gobiernos de Santos alcanzó una ejecución del ochenta por ciento, incluida la construcción de viaductos en un ochenta y siete por ciento; de los túneles cortos en un ochenta por ciento y de los revestimientos en un 67%.

Datos que consignó en su última columna de El Tiempo donde lo pueden desmentir los que sin razón alguna quieren adjudicarle un milagro más a Álvaro Uribe, los mismos que en su fanatismo confían en que él también, como un moderno San Jenaro, les ofrezca como culmen de su santidad la licuefacción de su sangre.

El propio presidente Duque en otra de sus acostumbradas contradicciones, ha afirmado que adueñarse de las obras es la peor mezquindad, aunque esto no lo entiendan ni les importe a aquellos que en su odio ciego contra Juan Manuel Santos, se nieguen a reconocer que a Iván Duque el ex presidente le entregó el túnel de La Línea con una ejecución superior al ochenta por ciento.

Así que resulta ridículo y mentiroso adjudicarle a este gobierno, y menos aún a los dos de Uribe Vélez, el magnífico túnel de La Línea, así le falten todavía cinco kilómetros en el Quindío y ocho en el Tolima, con sus obras accesorias, para quedar completo.

Mérmenle que todavía no ha comenzado la beatificación y mucho menos la santificación. Así que no traten de ganar indulgencias con padrenuestros ajenos, y mucho menos si estos fueron rezados por el expresidente Juan Manuel Santos.