26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¿Ya no nos angustia pensar en las penurias físicas, mentales y emocionales consecuencia de un Covid-19?

Claudia Posada

Por Claudia Posada (foto) 

Las vacunas reducen el riesgo de hospitalización por COVID en 25 veces y el riesgo de muerte por COVID en 25 veces” 

Según la publicación The Conversation, de EEUU, el término inmunidad colectiva significa que una población suficiente ha ganado inmunidad para sofocar la propagación de un patógeno. ¿Qué es la inmunidad colectiva? Un experto en salud pública y un científico de laboratorio médico lo explican. Ellos son Rodney E. Rohde, profesor de Ciencias de Laboratorio Clínico, en la Universidad Estatal de Texas, y Ryan McNamara, investigador asociado de microbiología e inmunología, de la Universidad de Carolina del Norte. En teoría, dicen, “La inmunidad colectiva se puede lograr mediante infección y recuperación o mediante vacunación. El peligro de intentar lograr la inmunidad colectiva a través de la infección es que muchas personas morirán o se verán obligadas a vivir con discapacidades posteriores a la recuperación. Además, la investigación ha demostrado que la respuesta inmunitaria resultante de la infección no siempre proporciona una protección suficientemente fuerte a largo plazo contra COVID-19 y sus cepas en evolución”.  

En ese sentido, se sigue recomendando por parte de expertos en salud pública, la vacunación contra el coronavirus para lograr la protección más fuerte y confiable. Lo grave es que, particularmente en nuestro medio, algún tipo de médicos, no siendo claro cuál es su afán de desconocer la importancia de vacunarse, ponen a rodar videos que siguen teniendo credibilidad y ponen a dudar, por lo insistentes que son y por su habilidad en la disertación, de la veracidad de otros contenidos con posiciones distintas. 

La experiencia previa con patógenos respiratorios que eran comparables al nuevo coronavirus permitió a los expertos en salud pública hacer estimaciones fundamentadas de lo que se necesitaría para alcanzar el umbral más bajo de inmunidad colectiva para COVID-19. Inicialmente, creían que alrededor del 70% de la población necesitaría vacunarse para frenar o detener de manera efectiva la propagación del SARS-CoV-2”; esta teoría perdió vigencia dado que la variante delta continúa extendiéndose rápidamente por todo el mundo, así que los expertos revisaron ese estimativo. Ahora, los epidemiólogos y otros funcionarios de salud pública estiman que cerca del 90% de la población necesitaría vacunarse para alcanzar la inmunidad colectiva; y creen que los contagios seguirán en aumento pues ya es claro que el COVID-19 se va a quedar. 

Por su parte la doctora Sharon Chacko, de NewYork-Presbyterian, directora médica de Inmunizaciones contra COVID-19 en la División de Salud Comunitaria y Poblacional, publicó en el boletín institucional lo siguiente: “Por supuesto ninguna vacuna es perfecta. Las personas vacunadas pueden tener infecciones irruptivas aunque las vacunas COVID-19 continúan reduciendo eficazmente los casos más graves de COVID-19. Además, la investigación sugiere que quienes experimentan COVID-19 después de la vacunación pueden transmitir el virus a tasas de transmisión más bajas que quienes no están vacunados. Los virus no pueden mutar si no se replican. Entonces, todos esos pasos (vacunación, uso de mascarilla, distanciamiento físico) serán muy importantes para contribuir a la reducción del número de contagios, lo que ralentizará el surgimiento de nuevas variantes y mutaciones”; pero además señaló un dato muy importante: “Las vacunas reducen el riesgo de hospitalización por COVID en 25 veces y el riesgo de muerte por COVID en 25 veces” 

Pensemos entonces en que individualmente podemos, al menos, poner de nuestra parte siguiendo con responsabilidad las recomendaciones que en Colombia divulgan los funcionarios del Ministerio de Salud y de las seccionales respectivas.  Por nosotros mismos, al seguir las medidas de protección, y atender la invitación a vacunarnos, estamos evitando un posible contagio que no sabemos cómo y qué tanto nos va a afectar. Parece que los enfermos por Covid-19 en el país, ya no nos impactan; es impresionante cómo nos estamos volviendo de apáticos; así como tampoco nos duele el dato de que en Medellín, en lo que va corrido de este año, han asesinado a 340 personas, a la fecha. 

La insensibilidad, al llegar por ejemplo hasta el punto de permitir que haya contratos del gobierno en diferentes niveles, para alimentar a niños escolares pobres, de verdad pobres, y que sea plata del erario para el bolsillo de contratistas que se la ganan entregando comida descompuesta, es prueba de una sociedad con sentimientos muy maltrechos. Tal indolencia la estamos llevando a todos los espacios de los entornos públicos y privados que nos encontramos. 

Sobre el caso específico de la variante delta de la covid-19, de la cual “se ha visto que es más infecciosa y se ha diseminado más rápido”, la viróloga María Fernanda Gutiérrez, profesora del Departamento de Microbiología de la Javeriana, dijo para la publicación especializada de la misma institución que “no produce más mortalidad, responde igual a las pruebas de diagnóstico y parece responder igual a las vacunas”. Coinciden con la viróloga en el Ministerio de Salud de Colombia, cuando Luis Alexander Moscoso, viceministro de Salud pública y prestación de servicios, declaró en boletines de prensa que la variante original de la covid-19 tenía la capacidad para infectar a 2.2 personas en promedio; alfa y gama entre 4 y 5 personas, pero que los datos últimos del Ministerio revelan que delta puede contagiar a 8 personas.  

Investigaciones demuestran que esta variante tiene una velocidad de propagación superior a las demás del SARS-CoV-2, siendo entre 40 % y 60 % más transmisible. El Centro Provincial de Control y Prevención de Enfermedades de Guangdong en China, reporta que delta tiene un periodo de incubación más corto, cuatro días en promedio (comparado con los seis de las otras variantes) y que además las cargas virales (la cantidad de virus en la persona infectada) llegan a ser mil veces mayor que en otras variantes. Estamos menos preocupados los ciudadanos del común que los científicos y médicos; como si dejarlo todo a ellos resolviera la crisis de salud en todo el planeta. No estamos asumiendo que hay una mayor cantidad de virus y se transmiten mucho más rápido. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, advirtió que se había confirmado la presencia de la variante delta en más de cien países, y también señaló que llegaría a ser la variante dominante en el mundo. Ya lo es.