26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¿Y en políticas ambientales cómo vamos?

Claudia Posada

«Te encuentras con los que usan cocaína en otros países que son muy entusiastas y locuaces cuando hablan a favor del medio ambiente, pero no se dan cuenta que cuando consumen (cocaína), están haciendo un gran daño al medio ambiente». 

 Por Claudia Posada 

Según la publicación El Periódico de Barcelona, miles de jóvenes de todo el mundo se tomaron Glasgow (Escocia) para exigir “justicia climática y racial”, en una marcha organizada por activistas que quieren llamar la atención a líderes mundiales reunidos en la COP26 hasta el 12 de este mes.  Y es que no se trata de manifestaciones de revolucionarios ilusos o “mamertos de poca monta”, como les dirían en Colombia, lo expresado en consignas y escrito en sus pancartas; como por ejemplo, que la  protección de los océanos es una cuestión de supervivencia humana porque no es ninguna mentira que los cambios oceánicos agravan la crisis climática que sigue acelerándose; lo mismo que, tal cual lo afirman los científicos del mundo, los políticos no reaccionan a los llamados que les recuerdan insistentemente no ignorar las advertencias de la naturaleza y adoptar medidas para paliarlas. 

A Colombia la bañan mares de dos océanos, sin embargo, las grandes decisiones en nuestro Congreso se parecen más a baños de popularidad y satisfacción de rencores, que al resultado de argumentación fundamentada en vigorosos deseos de crear leyes para disminuir las desigualdades y discriminaciones.  Acercarse a lo esencial en el momento decisivo que vive el país, debería ser la tendencia legislativa en busca del incremento de fuentes de riqueza, que proporcionen crecimiento para más familias colombianas, cerrando la brecha infame de la desigualdad que hizo famosa a Colombia ante el mundo. Y están en nuestros mares las mejores oportunidades para crecer social y económicamente a muchos, aprovechando unos recursos que son ventaja en Colombia; a la vez controlando la explotación y cuidando la fauna marina.  

No será, concentrados en discursos políticos diseñados para desviar las verdaderas causas del descontento, como se van a disminuir las crisis de todo tipo que cabalgan sobre los menos afortunados. Los más afortunados, si han llegado a serlo aprovechándose del poder que en Colombia se hereda, y es así cómo quieren mantenerse para seguir desequilibrando el orden social, mejor es que entiendan que para la naturaleza, no hay familias de privilegios, “serrucho” que valga, ni transacción chueca. Miremos nada más cómo está de enredada la situación de EPM con lo que viene pasando desde el 2018 en la megaobra Hidroeléctrica Ituango, adonde, como parece ser, “le llevaron la contraria” al río e hirieron la montaña. 

El canciller costarricense, Rodolfo Solano, expuso el trabajo de su país este viernes anterior, ante los líderes y dirigentes reunidos para decidir, concertar y asumir compromisos en el marco de la COP26, contó cómo, como ejemplo, allí acometieron las reformas necesarias para luchar contra el cambio climático y proteger su naturaleza; y se preguntaba ante la presencia de representantes de tantos países, por qué, si ellos lo están haciendo, otros países más desarrollados no pueden hacerlo. En la publicación de El Periódico, dicen que el canciller aseguró que Costa Rica es «un laboratorio donde se pueden ver y replicar casos de éxito» de políticas ambientales. «Logramos revertir la deforestación en una generación, el 70% de nuestro territorio está reforestado y el 30% figura dentro de zonas de protección, si Costa Rica lo hizo, por qué no lo pueden hacer otros países, nuestro interés es replicar este modelo de éxito». 

La misma publicación señaló el rechazo de Colombia a los consumidores de cocaína por la destrucción del Amazonas a través del presidente Iván Duque, quien criticó a los que defienden el medio ambiente y al mismo tiempo consumen cocaína, cuya producción, es una de las causas de la deforestación del Amazonas: «A fin de producir una hectárea de coca, casi dos hectáreas de selva tropical son destruidas en Colombia», dijo Duque en Glasgow durante la cumbre del Clima de la ONU COP26. «Te encuentras con los que usan cocaína en otros países que son muy entusiastas y locuaces cuando hablan a favor del medio ambiente, pero no se dan cuenta que cuando consumen (cocaína), están haciendo un gran daño al medio ambiente». 

Tendríamos que reflexionar sobre ésta y otras tantas inconsistencias que se ven, e incongruencias entre la dirigencia colombiana, la clase domínate y desde luego con mayor fanatismo en campañas políticas.