El futuro de Antioquia está en juego. Por donde se le mire. Pese a los esfuerzos del gobernador Luis Pérez, el Departamento ofrece unos grandes problemas que se constituyen en un verdadero reto para quien asuma las riendas a partir del 1 de enero 2020.
Por eso la importancia de estas elecciones, y de algo que los electores no podemos olvidar: El voto útil. Eso quiere decir que debemos asegurar el voto por un candidato que tenga opción de ganar, pensando en el futuro del Departamento. No podemos correr riesgos en las actuales circunstancias.
Habíamos escrito en distintas circunstancias que nos gustaba el candidato Juan Camilo Restrepo, un ejecutivo serio, estructurado, que conoce el Departamento como la palma de su mano. Pero los dos bloques conservadores más importantes de Antioquia decidieron retirarle el respaldo, y Juan Camilo, todo un caballero, ha perdido toda opción de llegar a la Gobernación de Antioquia. Aunque hemos criticado la falta de seriedad de estos dirigentes, nadie puede negar la realidad política del momento. Y la realidad nos muestra que hay dos candidatos con opción de ganar: Andrés Guerra Hoyos, del Centro Democrático y el exgobernador y exalcalde Aníbal Gaviria, quien tiene el aval del Partido Liberal, de Cambio Radical y de otros movimientos.
El ejercicio de la democracia respeta las otras aspiraciones, pero también permite que los electores analicen entre la baraja de aspirantes quién ofrece una mejor plataforma de propuestas, pero con opción de llegar. No estamos subestimando a los demás aspirantes, pero hay que acertar en la elección del gobernador que necesita Antioquia.
En este marco de concepción política e ideológica pensamos que el futuro de Antioquia quedará en las mejores manos, las del candidato Andrés Guerra Hoyos, del Centro Democrático, quien se presenta a los electores en llave con el exsenador Alfredo Ramos, candidato a la Alcaldía de Medellín, de la misma colectividad que lidera el expresidente y senador Alvaro Uribe Vélez.
Pocas veces en la historia del Departamento, los antioqueños tenían ante sí una oportunidad mejor para darle a Antioquia y a Medellín dos cartas de garantía en seriedad, conocimiento, trayectoria y transparencia como lo son Andrés Guerra Hoyos y Alfredo Ramos Maya.
Andrés Guerra Hoyos, en esta segunda candidatura a la Gobernación, ha demostrado que conoce a Antioquia al dedillo, sus problemas, sus necesidades.
El contacto cara a cara con las diversas comunidades le han permitido ir construyendo una propuesta clara de Gobierno acorde con las aspiraciones del ciudadano de a pie.
Y lo mismo ha sucedido con el exsenador Alfredo Ramos, quien con el lanzamiento de la plataforma virtual Yo Propongo, los habitantes de Medellín han venido compartiendo sus ideas innovadoras con el candidato del Centro Democrático a la Alcaldía. Se trata de una apuesta de recolección de propuestas, sin usar papel ni medios contaminantes.
“Para entrar a Yo Propongo, se debe ingresar con su nombre, teléfono y correo a la página oficial www.alfredoramos.co, y para garantizar que la idea sea realizable, esta deberá especificar el sector social que impactará, la comuna o barrio”. Un idea práctica y concreta que le ha brindado excelentes resultados, y le ofrece a los electores confianza y seguridad en que sus propuestas se harán realidad.
Hay un aspecto que vale la pena analizar. Y es que los candidatos Andrés Guerra y Alfredo Ramos tienen el respaldo sólido y decidido del partido Centro Democrático, con suficiente experiencia en el desarrollo de algunos puntos fundamentales como la seguridad, la educación y la infraestructura, por ejemplo, aunque cada aspirante ofrezca análisis más específicos en algunos de estos puntos.
Los diferentes debates que se han venido realizando en Teleantioquia y Telemedellín nos han permitido ir conociendo más a fondo a los candidatos, sus fortalezas y debilidades, sus sueños irrealizables, o las ilusiones que pueden ser realidades, para ni engañar a los electores.
Antioquia y Medellín tienen la oportunidad de escoger a dos excelentes dirigentes, personas intachables, para dejar en sus manos el futuro.
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