3 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: Petro mostró el cobre

Por Gabriel Zapata Correa

Para iniciar con el tema, hay que decir de entrada que el presidente Petro tenía calculados todos los pasos que iba a dar, antes de romper sus relaciones políticas con la coalición de Gobierno, integrada por los partidos Conservador, la U y el Liberal.

El haber conformado su gabinete en tiempo récord, significa que ya había acordado con los nuevos siete ministros las condiciones de su ingreso al Gobierno del Pacto Histórico, o mejor de la Colombia Humana, porque este tiene los mismos rasgos que el equipo que gobernó a Bogotá cuando él fue alcalde de la capital. De manera pues que Petro estaba manejando los tiempos de su rompimiento con la coalición, muchos días antes que explotara la crisis.

Y a través del Twitter desde donde gobierna, el presidente dio a conocer uno a uno los nombres de su nuevo equipo de trabajo, cuya característica principal es que todos son petristas de médula, con el mensaje incluido de que quien no está subyugado a mi ideología está contra mí. Es lo único que explica su ruptura con los ministros de Hacienda, José Antonio Ocampo, y de Agricultura, Cecilia López Montaño, quienes eran considerados por analistas y observadores como “los polos a tierra” de Petro.

Pero a Petro se le olvidó que también es presidente de los 10 millones y medio de colombianos que no votaron por él, y tal como actuaba cuando estaba en el Congreso como senador de la República, decidió, guiado por su sectarismo de izquierda, desconocer el principio democrático del espacio donde se puede mover con libertad la coalición.

Porque hay que decir que la coalición le estaba marchando al Gobierno. En menos de ocho meses, esta le aprobó una dura reforma tributaria, la más dura en la historia del país, le aprobó el acuerdo de Escazú, la jurisdicción agraria y le frenó todas las mociones de censura que la oposición presentó de la activista e ideóloga ministra de Minas, Irene Vélez, e inclusive le salvó al ministro de Relaciones Exteriores Alvaro Leyva Durán, y al ineficiente titular de la cartera de la Defensa, Iván Velásquez, quien tiene al sumido al país en la peor anarquía de inseguridad de que tengamos memoria.

Pero esta actitud retrógrada del presidente Petro, de no aceptar el mínimo respiro de oposición, demuestra que el alto nivel de soberbia del mandatario no le permite ni le permitirá ningún asomo de derrota en sus pretensiones de cambio. Y reafirma además el desespero y la angustia que lo acosan, porque en ocho meses de gobierno es muy poco lo que puede mostrar, frente a las numerosas promesas que sacó en su campaña.

¿Qué se nos viene ahora? Con el nombramiento de Fernando Velasco en el Ministerio del Interior, es muy clara la intención de Petro de buscar voto a voto en el Congreso la aprobación de sus reformas. Velasco, que se define como un liberal progresista, fue de los primeros que se le rebeló al expresidente César Gaviria. Es un curtido político que se sabe mover en el Congreso, que tiene ascendencia y credibilidad entre sus excolegas, y que, para muestra un botón, ya logró su primer mérito antes de posesionarse: 18 representantes a la Cámara del Partido Liberal le enviaron una carta de protesta al expresidente Gaviria por la posición asumida frente a las reformas de este gobierno.

La experiencia y la historia nos han enseñado que las reformas se aprueban y las ganan los gobiernos en el Congreso con prebendas burocráticas, lo que se ha denominado siempre como “mermelada”.

Veremos aquí el puso entre los congresistas de la coalición ahora desdeñada por el presidente Petro, y la jefatura de sus partidos frente a la polémica y no siempre respetada ley de bancadas.

Nos preocupa que, en medio de esta gran discusión política, el gobierno logre meter goles en algunos proyectos, como el orangután de la expropiación, denunciado por la oposición, y que sus defensores llaman con el eufemismo de “procedimiento”. El propietario de un predio dispone de 21 días para defender sus derechos sobre una propiedad, o el gobierno procederá a ocuparla, y pagarla a su gusto.

Aunque la nueva ministra de agricultura, Jhenifer Mojica, salió a negar tales pretensiones del gobierno, el mico en la ley habrá que derrotarlo en los próximos debates del Plan Nacional de Desarrollo. Cuál sea la intención del gobierno se desconoce. Pero el mico existe.

Nos preocupa la actitud del presidente Petro de menoscabar la estructura de los partidos, y su intención de desconocer el papel que han jugado y que juegan las colectividades en el Congreso de la República, donde se deben debatir los proyectos de ley como lo contempla la Constitución, marco respetable e inviolable de nuestra democracia.

Es una lástima que el presidente Petro hubiera mostrado así el cobre, de cómo le gustaría gobernar si no tuviéramos el muro de contención de la nuestra sagrada Constitución.