7 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: la declaratoria de guerra del alcalde Quintero

Gabriel zapata

Por Gabriel Zapata Correa 

Después de leer la entrevista del alcalde Daniel Quintero en la revista Semana, titulada La Batalla Final, solo queda concluir que en esta lucha que librará el alto funcionario por no dejarse revocar, se defenderá como gatos para arriba. Y lo hará, aunque sea con engaños, mentiras y calumnias como las que lanzó a diestra y siniestra, con la complicidad de la revista Semana, cuya directora Vicky Dávila se tragó todos los sapos sin pestañar. 

Deja muy mal sabor entre los lectores y suscriptores de Semana, que un entrevistado de la talla del alcalde de una ciudad como Medellín, se refiera en semejantes términos a unos empresarios calificados de trayectoria impecable a nivel nacional, e inclusive internacional, y que la publicación no sea capaz de hacer una excepción explicativa o una exigencia ética al entrevistado, como si la publicación compartiera las opiniones del señor Quintero. 

En este aspecto, hay que decir que el contexto de esta entrevista es de pésimo gusto y habla muy mal de sus dueños, los señores Gilinsky, porque se publica en la coyuntura de sus propuestas por el control accionario de las principales empresas del GEA. Y en este tire y encoje de esta clase de negocios, normal por demás, aparece un personaje como el alcalde Quintero tratando a sus empresarios y empresas como mafiosos, al mejor nivel de Pablo Escobar. 

Es obvio que, en la lectura natural de estos hechos, la conclusión es que los Gilinsky y Quintero unen sus voces en unas acusaciones temerarias e irresponsables que dejan muy mal parada a Semana. 

Cada uno en los objetivos que buscan. Los primeros en desprestigiar a unas empresas serias de una sólida trayectoria en la historia de Medellín y de Antioquia, y el segundo en su enfermiza persecución contra el GEA desde antes de llegar a la Alcaldía.  

Las cosas hay que llamarlas por su nombre. Ni Semana ni Quintero tienen escrúpulos en las fronteras de la ética para perseguir los objetivos que quieren, así se arrastren con el buen nombre y la honra de empresarios y empresas. 

Pero hay otros aspectos de esta entrevista que merecen ser tratados a fondo. Me parece que el alcalde siente pasos de animal grande con la revocatoria de su mandato y está acudiendo a acciones hasta legales para tratar de dilatar, dilatar y dilatar las decisiones de la revocatoria, para que la fecha de su votación no coincida con las legislativas que son el 13 de marzo. 

Pero el margen de la guerra de trinos que ha desatado, y de cruce de tutelas para ganar tiempo que para él es precioso, el alcalde Quintero continúa casando peleas, con un marcado tinte político. Es claro que Quintero busca convencer a la opinión pública nacional, que la revocatoria de su mandato es promovida por el Centro Democrático, por el uribismo y el fajardismo, y que no existe la ciudadanía inconforme con su mandato. 

Un detalle que corrobora esta afirmación, y que demuestra que Semana entra en el juego del alcalde Quintero, es que en esa extensa entrevista no hay una sola línea sobre el problema de las basuras en Medellín, que tienen ahogada la ciudad ni del abandono y del rastrojero que se aprecia en calles y avenidas. Este basurero, por demás histórico, no es un hecho político, ni un montaje del uribismo, ni del fajardimo, ni una persecución de los ciudadanos promotores de la revocatoria. La basura y el rastrojo no tienen color político.  

Pero el alcalde pasa olímpicamente sobre estos hechos que tienen descontenta a la ciudadanía, y se declara una víctima política, cuando la comunidad es la que viene sufriendo a un alcalde inepto, tramposo, mentiroso y mal intencionado. 

Finalmente, llama poderosamente la atención el silencio de la clase política antioqueña y de los congresistas paisas, quienes toda la vida han sido financiados por estos empresarios, frente a las calificaciones que les hace el alcalde de mafiosos. 

El silencio de estos congresistas, cuya mayoría sale ahora a buscar su reelección, demuestra su oportunismo politiquero, y que se le vendieron al alcalde Quintero por burocracia y quién sabe por cuántos denarios más…  

Seguramente muy pronto llegarán a tocar las puertas de estas empresas a buscar respaldo económico, como lo han hecho siempre. Porque así son estos políticos.