26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: Gustavo Bolívar, un oportunista politiquero

Gabriel zapata

Por Gabriel Zapata Correa 

La primera pregunta que es necesario hacerse sobre este personaje que se da ínfulas de transparente y paradigma de señorío, es muy sencilla: ¿Por qué Gustavo Bolívar se hizo elegir al Senado, a los pocos meses renunció y engañó a sus electores? 

Porque tenía todo calculado para montar un show, utilizar vulgarmente a sus seguidores y promocionar así su próxima pornonovela o narconovela, que ya tenía negociada con un canal de televisión. 

Es indudable que Bolívar ha sido un frío calculador de la política, con su falso empaque de pensador de izquierda que ha utilizado inteligentemente, no solo para estar siempre tan cerca del ahora presidente Petro, sino para arrastrar inobjetablemente a decenas de miles de jóvenes que se han tragado el anzuelo de su ideología revolucionaria pensando en un futuro mejor. 

Patrocinador y promotor de la Primera Línea, Gustavo Bolívar fue protagonista fundamental en las protestas sociales del 2021 en contra de la reforma tributaria del gobierno del entonces presidente Duque. Con los postulados expuestos en las calles por sus protegidos con actos violentos suficientemente conocidos y sufridos por los colombianos, su incoherencia quedó al descubierto con la reforma tributaria que le respaldó y defendió a capa y espada del actual gobierno de su amigo Petro. 

Pero su principal equivocación, y que lo dejó al descubierto como un oportunista de marca mayor, a quien solo le interesa su bolsillo, y muy poco los intereses de los más vulnerables a quienes pregona defender a cuatro vientos, la cometió la semana pasada cuando aprovechó una entrevista en la revista Semana con la periodista Vicky Dávila, para denunciar una supuesta red de trata de personas o el empleo de niñas prepago en el Congreso de la República por parte de varios congresistas. 

Obviamente que Gustavo Bolívar se cuidó de denunciar los nombres de estos honorables padres de la patria, para no tirarse las expectativas sobre su nueva pornonovela o narconovela que ya tiene vendida a un canal de televisión. Pero en cambio dejó en entredicho y con un signo de interrogación a todas las damas que trabajan en el Congreso de la República. 

O es que Gustavo Bolívar, quien llevaba varios años con el Congreso, no sabe que por ley está en la obligación, y también moral y social de acudir a la Fiscalía a poner en manos de la justicia semejante denuncia. ¡Increíble! 

“Para poderlas esclavizar sexualmente, les hacían contratos de dos o tres meses. Es más fácil para que vuelvan a estar con ellos que si los contratos se los hacen por un año. Las mantienen así, con contraticos chiquitos. Esa fue la denuncia que me hicieron ellas”, planteó Bolívar en Semana. 

Ese silencio tan sospechoso de Gustavo Bolívar ha llevado a que varios personajes de la vida nacional, como por ejemplo la exsenadora, exrepresentante a la Cámara y exfiscal General, Viviane Morales, le hubiera dedicado una columna suya en El Tiempo. 

“¿Cómo así, senador Bolívar, que viene usted a contarle esos delitos a una periodista y no a un fiscal de la República? (…) ¿Cómo así, senador Bolívar, que usted se resignó, junto con las mujeres explotadas sexualmente, a que siguieran sufriendo las humillaciones porque dizque ellas podrían perder el puesto?”       

Este falso pensador de izquierda, que se ufana de ser un verdadero revolucionario, con todo su capital protegido y asegurado en Estados Unidos, demostró con estas acciones hipócritas que no le duele el dolor de estas mujeres que están siendo explotadas y ultrajadas en el Congreso de la República, que se ven obligadas a sufrir su esclavitud sexual en silencio para no perder su empleo.  

Pero él calla para no matar las expectativas sobre su futura obra que le dejará jugosos millones a costa del dolor de las mujeres. Con razón la exvicepresidente Martha Lucía Ramírez también cargó baterías en contra de Bolívar, con esta frase: “Es increíble la tranquilidad con la que nos pretenden imponer la escala de valores y supuesta decencia de quien se ha vuelto millonario promoviendo a Colombia como el país de prepagos y narcos”, señaló en su cuenta de Twitter. 

Pero en su afán de constituirse como en el rey de la transparencia, Bolívar le dijo a la misma revista Semana que el 60% del Congreso es corrupto y que negocia todo. Bolívar no se dio cuenta que se pegó un tiro en el pie, porque la coalición del Gobierno cuenta con el respaldo del 73% de los congresistas de los partidos que apoyan a Petro incondicionalmente y que le han aprobado todo lo que ha pasado por sus manos hasta el momento. La conclusión se cae sola, porque Bolívar se mordió la cola. 

Bolívar cayó en su propia la red, la que le sirve para tejer las tramas de sus pornonovelas o narconovelas, en las cuales se aprovecha de la mujer para explotar ese mundillo oscuro del sexo que lo ha hecho millonario.  

Este es el pseudorevolucionario que predica y defiende el cambio con este gobierno. 

Menos mal ya se le cayó la máscara.