3 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: El presidente Petro desprecia la justicia 

Gabriel zapata


Por Gabriel Zapata Correa

No fue una coincidencia desafortunada el que el presidente Petro hubiera dejado plantados a los magistrados de las altas cortes, en un acto que se iba a celebrar el pasado 30 de noviembre en la Casa de Nariño, para el cual se había contratado una cena para 70 personas. 

El mandatario nunca llegó a la cita que tenía pactada con los togados para las 6 de la tardede ese miércoles, en la que iba a posesionar a dos juristas que ya entraron a esas corporaciones. Petro había citado a los magistrados de la Corte Constitucional, la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado para la posesión de los togados Juan Carlos Cortés y Marjorie Zúñiga, quienes ya conforman la alta cúpula judicial. Sencilla y llanamente les quedó mal y lo peor es que nunca se disculpó y tampoco reprogramó el encuentro. 

Los posteriores hechos en los cuales el presidente ha desconocido a la ley, para cumplir sus promesas de candidato, demuestran que deliberadamente le interesa mantener la distancia con las altas cortes para no comprometerse con ellas. 

Comencemos por la cola. Lo sucedido hoy en el Tarra, Catatumbo, es una confirmación de que a Petro no le importa la ley. Petro dijo que “los campesinos podrán seguir sembrando coca mientras que prueban con cultivos sustitutos”. 

Ni Petro, ni ningún jefe de gobierno puede decidir si se permite o se prohíbe sembrar coca. Es un delito penal contemplado en el artículo 375 del Código Penal. ¿El presidente se puede brincar este artículo, como un atleta saltador de garrocha? Solo el Congreso puede modificar la ley. O también si estuviéramos en un régimen dictatorial. ¿O será que vamos en ese rumbo? 

Es una lástima que al presidente Petro, quien juró cumplir la Constitución y la ley, asuma olímpicamente estas determinaciones, sin tener en cuenta a la justicia, al menos por respeto, o para enviar mensajes de tranquilidad a los colombianos que sí puede cumplir sus promesas de campaña en el marco de las normas que rigen nuestra maltratada democracia. 

El otro hecho evidente de desprecio por la justicia, es con la firma el pasado 9 de diciembre el decreto 2422 para otorgar la libertad a varios de los jóvenes capturados durante las protestas sociales en 2021, que incluye también a los miembros de la denominada Primera Línea para nombrarlos como gestores de paz. 

Este decreto establece la creación de una “comisión intersectorial” para promover la reconciliación y la participación ciudadana, en la que participan el ministro del Interior, Alfonso Prada; el ministro de Justicia, Néstor Osuna; el ministro de Defensa, Iván Velásquez; y el director del Dapre Mauricio Lizcano. 

La Comisión tendrá entre sus funciones “recomendar la admisión o exclusión de ciudadanos (as) pertenecientes a organizaciones sociales y humanitarias que se encuentren privadas de la libertad como voceros en el marco de lo establecido en el artículo 5 de la Ley 2272 de 2022″. 

Analizando el perfil de esta comisión y estudiando los criterios de tantos juristas y expertos, ¿no hubiera sido conveniente haber convocado, por ejemplo, al magistrado Aroldo Wilson Quiroz Monsalvo, presidente de la Corte Suprema de Justicia, para darle a esta nueva figura un verdadero carácter de intersectorial, y demostrar que hay un respeto por la justicia en estas decisiones tan delicadas? 

Porque la verdad es que esta comisión no tiene nada de intersectorial. Es un equipo del gobierno, para decidir yo con yo. ¿O será fácil presumir que los ministros del Interior o de Justicia, por ejemplo, se van a oponer a las decisiones autocráticas del presidente?   

Estos hechos reales desafortunadamente se produjeron muchos antes que el presidente Petro se reuniera a escuchar las opiniones del Fiscal General Francisco Barbosa, y de haberse pronunciado la procuradora General de la Nación, Margarita Cabello Blanco y varios magistrados de las altas cortes, cuyos conceptos en contra de estas liberaciones, todos sujetos a la ley, fueron desconocidos por el presidente y su comisión de bolsillo. 

Hay que decir la verdad. Buscaron la manera de torcerle el cuello a la justicia y ya comenzamos a ver en la calle a quienes sometieron al país al caos y la violencia, bajo el escudo de la protesta social y con el patrocinio y respaldo de quienes ahora propician su liberación. 

La justicia es uno de las columnas más fuertes en la cual se sustenta nuestra democracia. Desconocerla como lo hace el presidente Petro no es un buen mensaje para los ciudadanos de bien, y mucho menos para los jóvenes a quienes el mandatario prometió y quiere favorecer mayoritariamente en su gobierno.