8 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: El camino de rosas de Gustavo Petro

Gabriel zapata

Por Gabriel Zapata Correa

Tal vez ni el mismo candidato presidencial Gustavo Petro se iba a imaginar que iba a tener una campaña tan fácil y sencilla como la que está afrontando, con todos los precandidatos trabajando para él, con una situación económica que ya vació hace rato los bolsillos de los ciudadanos y una coyuntura social propicia para que la gente piense en la bienvenida a un cambio, sea en manos de quien sea. 

El inmenso mar de egos en que han caído los distintos precandidatos de la distintas coaliciones y las discusiones sin profundidad sobre la mecánica interior de cada una, como por ejemplo las bien llamadas maquinarias electorales, han llevado a que se distraigan unos y otros en peleas insustanciales, lo cual no ha permitido que entremos a los verdaderos debates sobre las propuestas que necesita este país. 

Las maquinarias son a la política, como el mismo clientelismo. Y rasgarse las vestiduras como lo hace la precandidata de Oxígeno, Ingrid Betancourt, porque a uno u otro le llegan congresistas o excongresistas, o dirigentes de conocida trayectoria política, es como echar las campanas al vuelo porque descubrieron que el agua es mojada. No podemos caer en la cacería de brujas para establecer si todos los que llegan a una u otra campaña son bandidos o mafiosos. Para eso está la justicia. 

La verdad es que causa una pésima impresión Ingrid Betancourt, si piensa que ella puede subirse a una tarima pública con el dedo señalador a condenar a motu propio, sin pruebas en la mano, a tal o cual dirigente político, congresista, excongresista o exgobernador como si se considerara la salvación de la patria. Mientras se ocupa de una tarea que no es la suya, en contraste, no le hemos escuchado una sola propuesta seria y sólida en materia de salud, educación, empleo, por ejemplo, programas concretos y prácticos que nos lleven a concluir que por fin regresó Ingrid del exterior, donde vive alejada de las realidades de este país, a cambiar a Colombia. 

Pero es lamentable decir que es la misma Ingrid congresista que ni fu ni fa, y que predica lo que todos cacarean sin profundidad y consistencia. No es otra Ingrid como para pensar que va a cautivar los votos de quienes están convencidos de que Colombia necesita un cambio. Y menos al precio que sea. 

Pero el caso de los demás precandidatos no es no es un hecho aislado. Sin lugar equivocarnos, todos se han encargado de hacerle la campaña fácil a Petro, hasta el punto que el más seguro ganador de la consulta del Pacto Histórico no solo puntea cómodamente en las encuestas en este sector, sino que se da el lujo de ponerles la agenda a todos sus contrincantes. Y quien pone la agenda pone las condiciones. 

Un ejemplo típico de lo está sucediendo en esta campaña, fue la audiencia del senador y candidato con el papa Francisco. Todos los candidatos le salieron a Petro a descalificar este encuentro, y algunos políticos se atrevieron hasta de señalar al papa de chavista y madurista. Y otros a lamentarse de que están en cola para la audiencia, pero que nada que se las dan. Lamentable que hasta el presidente Iván Duque, con tantos problemas y bien graves que tiene entre manos para afrontar, le hubiera dedicado tiempo a esta cita, y peor aún, para decir que ojalá Petro hubiera confesado todos sus pecados. Y Petro muerto de la risa, porque los puso a todos a chupar rueda. 

Lo mismo sucede con el episodio de Petro de subir a una tarima pasado de tragos. Le han llovido rayos y centellas. Y Petro muerto de la risa. 

En este país suceden a diario hechos tan trascendentales, tan graves, y para dimensionarlos en la realidad, tan horribles, que hacer un escándalo de estos tragos en tarima de un candidato parece un chiste. 

Quien crea que Petro va a perder un voto por esos tragos en tarima, y Alex Char por sus infidelidades conyugales, está muy equivocado. A Petro no se le derrota con insultos, ni con memes. Se le derrota y se le desarma con argumentos. Como cuando lo pusieron a explicar la llegada al Pacto Histórico de Roy Barreras y Armando Benedetti, cuando él enarbola las banderas anticorrupción. Petro no supo responder. 

Ningún precandidato ha salido con propuestas tan sorprendentes como sólidas para contrarrestar las de Petro. El único que lo dejó con la boca callada ante su propuesta antipetróleo, fue Felipe Bayón el presidente de Ecopetrol, quien con cifras claras lo redujo al silencio. 

Este triste y lamentable panorama nos demuestra que le estamos haciendo la campaña a Petro, así como lo convertimos en el centro de las miradas, cuando todo mundo lo ataca en los debates. Y Petro muerto de la risa.