6 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Vistazo a los hechos: Duque tiene que recuperar la gobernabilidad

Gabriel zapata

@IvanDuque @AlvaroUribeVel

Por Gabriel Zapata Correa

Una cosa es la gobernabilidad y la participación política de los partidos y otra la mermelada.

En otras columnas hemos hecho referencia a este tema, pero ahora que se acentúa la soledad del presidente Iván Duque para enfrentar los paros y las marchas nacionales y que él anuncia unas conversaciones para escuchar a todos los sectores que le reclaman un diálogo directo con el Gobierno, nada más oportuno para insistir en que es urgente abrir la puerta de la participación política de los partidos representados en el Congreso, para recuperar la gobernabilidad.

Hay información seria en el sentido de que el distanciamiento del presidente Duque con los partidos políticos y sus frías relaciones con el Congreso, provienen del hombre que le habla al oído al primer mandatario, Luis Guillermo Echeverri, hijo del fallecido empresario Fabio Echeverri Correa.

Personas cercanas a “Luigui” y que lo conocen desde la campaña presidencial, sostienen que Echeverri no solo detesta la clase política, sino que se ha opuesto  a que el presidente Iván Duque modifique su actitud frente a las colectividades, que inclusive lo acompañaron en la campaña hacia la Presidencia. Y por eso varios analistas se preguntan: ¿Si el presidente no se acompaña de los partidos políticos, por qué les aceptó su respaldo en la campaña? ¿Esta actitud no encarna una enorme contradicción?

En este aspecto encuadra el comentario de analistas y observadores en el sentido de que el Presidente Iván Duque y sus asesores como Luis Guillermo Echeverri no pueden confundir la mermelada con la participación política, que se da en todos los gobiernos democráticos del mundo. El partido que gana, gobierna con todos los partidos que lo apoyaron. Eso es así de sencillo.

Con mucho criterio el expresidente César Gaviria, director del Partido Liberal, reclamaba al comienzo de este Gobierno del presidente Iván Duque, que los partidos tienen profesionales muy serios y técnicos que podrían prestarle un gran servicio al país en los diferentes ministerios y cargos públicos, y eso no significa claudicar frente a la politiquería, ni la marrullería de los corruptos.

Hemos dicho en otras ocasiones y en diversos escenarios, que la mayoría de los ministros pueden saber de su oficio y de sus respectivos ministerios, pero desconocen la política y peor aún, las regiones y sus necesidades, como sí las conocen los dirigentes políticos y los congresistas que las deben recorrer en sus campañas para buscar los votos. Así como tampoco las conoce Luis Guillermo Echeverri, el flamante asesor presidencial, quien manda a su antojo en la Casa de Nariño, sin tener cargo específico. Por eso dicen muchos críticos que este es un Gobierno desconectado con las regiones y con sus dirigentes.

Además, esta actitud del asesor de marras desconoce otra realidad, que se produce en todas las democracias del mundo: Los políticos tienen que revertirles a las comunidades con obras que corresponden a sus necesidades. Porque Colombia es históricamente un país político, y los ministerios no pueden ser unas islas, manejadas por unos expertos y técnicos universitarios que no han recorrido las regiones y que tienen unas aproximaciones estadísticas no más.

El señor Luis Guillermo Echeverri debe saber que la política se hace con la cercanía con las comunidades, escuchando directamente sus problemas y concertando las soluciones. La política no se hace con unos ejecutivos encerrados en unas oficinas, y tirando cálculos a granel.

Les hace más daño el asesor Luis Guillermo Echeverri al Gobierno y al país, aislando al presidente Iván Duque del Congreso y de la clase política, que los mismos políticos que están en permanente contacto con las comunidades y que saben cuáles son las soluciones a sus problemas y a sus necesidades.

Este es el momento en que el presidente Iván Duque tiene que sacudirse y liberarse de asesores como Luis Guillermo Echeverri y asumir las riendas del país con decisión y criterio político e independencia, como lo hiciera su papá cuando ejerció el papel de mandatario en Antioquia.