La forma como termina este 2018, con muy buenas noticias de parte del Gobierno del presidente Iván Duque, nos permite recibir el 2019 con un renovado aunque moderado optimismo.
¿Por qué? Porque el Presidente logró demostrar que tiene capacidad de maniobra, convicciones en las propuestas, paciencia para negociar y que es un hombre que a través de las buenas relaciones humanas y políticas puede llegar a sus objetivos.
Aunque el presidente Iván Duque sufrió un enorme desgaste en su imagen favorable por el tema de la Ley de Financiamiento o reforma tributaria en lo relacionado con el IVA a todos los productos de la canasta familiar, como lo pretendía su encopetado ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, ganó muchísimo, o mejor recuperó el terreno perdido al demostrar que se puede gobernar sin comprar al Congreso con la “mermelada”.(Lea la columna).
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