6 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Un virus atacó a las exportaciones colombianas a ee.uu.

Jorge Alberto Velasquez Pelaez

Jorge Alberto Velásquez Peláez

 

24.600 millones de dólares vendimos a EE.UU. el año en que se inició el TLC, celebrado entonces como un gran triunfo nacional, con emotivas palabras al borde del llanto del presidente y sus ministros, con todos los dirigentes gremiales unidos en un gran abrazo con los directivos de medios de comunicación, y una multitud de periodistas “haciendo la ola” que veían culminar su tarea de defensa de ese gran acuerdo.

No importaba que la selección colombiana no hubiera ganado el mundial de fútbol, ni que nuestros ciclistas no se vistieran con la camiseta amarilla en los Campos Elíseos, ni que la corrupción siguiera aumentando, pues la felicidad por el TLC no podía verse nublada por nada.

El 15 de mayo de 2012 fue el “día señalado”, y en los hogares, sin que nadie supiera para que carajos servía ese tratado con los gringos -como tampoco lo sabían el presidente y sus ministros, los presidentes de gremios, los directivos de los medios, y los periodistas- se esperaba con ansias la aparición de los noticieros, la alocución presidencial, y por supuesto, las entrevistas a todos los expertos futurólogos con sus anuncios de riquezas y de fortunas por llegar.

Era cuestión de poco tiempo la aparición de los cientos de miles de nuevos puestos de trabajo que el gobierno y dirigentes gremiales habían prometido gracias al incremento espectacular que el TLC produciría en el incremento de la producción y de las exportaciones; por las masivas inversiones extranjeras, por el aumento de las actividades comerciales, sin dejar de mencionar que, como reflejo de la vinculación de empresas estadounidenses en Colombia -según se nos decía en aquella época- la innovación tecnológica, la ciencia y la tecnología serían rápidamente un referente de nuestro país a nivel mundial.

Uno de los personajes más felices era el ministro de comercio, Luis Guillermo Plata, quien hoy es el gerente del coronavirus, en quien creí mucho cuando lo nombraron en ese cargo para continuar las negociaciones del TLC que ya venían en curso, porque conocía de su propia empresa, extraña, mediática y muy exitosa en la cual algún día me ofreció participación como socio en una sucursal en Venezuela: “Si tuvo tanto éxito con esa compañía…, ¿qué no logrará con el TLC?, pensé yo entonces.

Lo cierto es que mientras todo el país celebraba, dos “Jorges” que nos pronunciábamos permanentemente en contra de ese tratado, quedamos tristes y abatidos, frustrados y solitarios: Robledo y Velásquez. Hoy, no podemos alegramos por haber tenido la razón: de 24 mil millones de dólares en 2012, pasamos a 21 mil el año siguiente, a 17 mil en 2014, para llegar finalmente a 14.592 millones de dólares en exportaciones hacia los Estados Unidos en 2019.

Hoy Plata es el Covidman criollo. Y por ello deseo observar cómo va su tratado, en la época de su nuevo cargo. Para empezar digamos que vendimos el año anterior 41% menos que en el año en que se inició el TLC con los EE.UU., y que si bien en esa caída tuvo gran responsabilidad la disminución de las ventas de petróleo en un 50% (de 16 mil millones a 8 mil millones de dólares), también cayeron las de oro (80%), carbón (46%), bananos (30%), extractos de café (30%), artículos de cuero (28%), químicos inorgánicos (30%), vehículos (18%), conservas de pescados y mariscos (85%), libros impresos (64%), artículos de hierro y acero (91%), herramientas (48%).

Muchos otros renglones no disminuyeron sus ventas, pero tampoco las aumentaron como se pretende con un TLC, y unos pocos otros han logrado aumentar exportaciones, siendo por ello justo destacarlos: artículos de aluminio, maquinaria eléctrica, vegetales preparados, tilapia, ropa de cama, papeles y cartones, artículos de caucho, tubería, y una lista larga de otros renglones, pero de valores menores. No sobra decir que para los resultados obtenidos no hubiera sido necesario firmar ningún tratado de libre comercio.

Y veamos lo que ha pasado en los días de coronavirus, reiterando lo dicho anteriormente: las exportaciones colombianas hacia Estados Unidos nunca aumentaron, no generaron los cientos de miles de empleos ni las inversiones anunciadas por los promeseros gubernamentales y los sumisos presidentes gremiales, y obviamente por el Covidman Plata.

Si el año anterior fue malo, con coronavirus nos irá peor, y, en efecto, así vamos. En el periodo enero-abril de 2020 hemos perdido 900 millones de dólares de exportaciones hacia los EE.UU. al registrar un valor de 4.091 millones, el peor en ese lapso desde que entró en vigencia el TLC.

Siguen cayendo las ventas de combustibles como era de esperarse por la menor demanda mundial causada por el coronavirus, pero también han caído las exportaciones de café (7,6%), flores (6,6%), y plásticos (25%); las maltrechas ventas de ropa perdieron el 30%, y no se detiene la caída de las exportaciones de artículos de hierro y acero, e incluso las de ropa de cama que se habían recuperado el año anterior.

En síntesis, nunca nos fue bien comercialmente con el TLC con los EE.UU. y este año no solo nos irá mal como en todos los años anteriores, sino peor, para registrarlo como el año en el cual nuestras ventas hacia ese país se infectaron por un virus que no pudo evitar el Covidman colombiano, quien por coincidencia fue quien negoció de parte nuestra el TLC.

Para terminar quiero decirles a Petro y otros que han creído que el aguacate será la salvación de las exportaciones colombianas, que las exportaciones del año anterior a EE.UU por valor de 14,6 millones de dólares, en cuatro meses de este año han perdido ya un millón, y no propiamente por culpa del virus pues los mexicanos han logrado colocar 933 millones, 4% más que en el periodo enero-abril del año anterior.

Y si las exportaciones hacia nuestro mercado prioritario van mal… ¿Cómo irán las demás?