26 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

“Triunfantes” con la candidatura multicolor

 

Por Claudia Posada (foto)

Interesante la polémica de esta semana en el espacio radial Gran Ciudad, en el que su director, el colega Juan Carlos Hurtado, planteó directamente al congresista del Partido Conservador, Nicolás Albeiro Echeverri, la jugada que para el periodista, sin duda, se constituye en doble militancia; además  argumentó que es prácticamente indisputable que los jefes  del partido en este departamento, no atajaran a tiempo la aspiración del candidato a la Gobernación de Antioquia Juan Camilo Restrepo Gómez, porque  cuando ya estaba inscrito,  palabras más palabras menos, resultaron con que él no representa al Partido Conservador.

Según el congresista, al recordar que el exgerente de Augura ha estado en campañas de colectividades distintas, al igual que al hacer alusión a su militancia en el Partido Liberal, así como también la participación burocrática en mandatos de otras banderas, tal vez asume que tienen más disciplina de partido los que se distancian de un aval que supuestamente no les fue consultado, sino impuesto.

Los dirigentes del matiz que dentro del PC en nuestro territorio se apartaron decididamente de la aspiración con el aval de la dirigencia conservadora, desde Bogotá, consideran que tal candidatura debería retirarse. El candidato, por su parte, se sostiene en el propósito y sigue adelante con su trabajo proselitista, amable, consistente, en coherencia con su estilo. Si Restrepo Gómez se retira, los conservadores con curul quedarán libres de la culpa señalada como doble militancia, y podrán seguir caminando por la campaña del liberal Aníbal Gaviria.

Obviamente no es ninguna novedad, simplemente por recordación, reiterar lo sabido: Es de la naturaleza humana ocultar, u otras veces “maquillar”, los verdaderos motivos que se esconden íntimamente, para decir o hacer lo que externamente se dice o hace; comportamiento que está mucho más marcado en la clase política, y presente en muchas de sus decisiones.

El asunto con Juan Camilo Retrepo Gómez, no puede compararse electoralmente hablando, con quienes han conseguido el favor ciudadano para representarnos en las corporaciones públicas o  acceder a un mandato unipersonal -como el que ahora busca Restrepo Gómez- pues en concejos, asambleas y en el Congreso, así como en alcaldías y gobernaciones, históricamente abundan los casos de políticos que han llegado a unas u otras instancias  de poder o de representación, en alianzas que suenan increíbles si las miramos con lupa en un entorno ideológico, o desde la observancia de una trayectoria pública. Los ciudadanos del común ya aprendimos a interpretar el trasfondo de tales argumentos: Mejor disfrutan de las mieles de la burocracia compartida con los demás aliados, que desgastarse en el intento de recuperar la vocación de poder de un partido que hace años se le apunta al más seguro ganador, sea del color que sea.

En la práctica, los postulados de los partidos políticos se desdibujaron, hoy se desestiman porque dieron paso a las ambiciones personales. Las nuevas generaciones no saben que los principios consignados en un ideario, son el mejor ejemplo para un buen ejercicio de la política; en el proselitismo deberían prevalecer las banderas de partido como elocuentes puntos de coincidencia con respecto a los electores, para que voten conforme a sus propios deseos; esto es buscar el bienestar de las comunidades y apuntarle seria y sinceramente a sus necesidades. No se dejan como “herencia” curules, o mandatos para sucesores de “sangre”; no, los legados, para estos o para cualquiera que quiera meterse a la política, deberían ser: El reconocimiento a los ideales y la defensa de posiciones que, en el ejercicio de lo público, signifiquen privilegiar decisiones para el bien común, desde los fundamentos ideológicos que rigen a cada uno de los partidos.

De más trayectoria en el sector privado que en la vida pública, con talante y talentos coincidentes sobre todo con el estilo empresarial, aunque sí conocedor y activo en política, e inclusive a veces compartiendo sabores y sinsabores de la burocracia en altos niveles, Juan Camilo Restrepo está padeciendo los dolorosos en el trasegar político.  Los gozosos los ofrecemos los electores, votando.

Corresponde al Consejo Nacional Electoral, CNE, publicitar ampliamente, de manera especial cuando se está en tiempo de precampañas electorales, al igual que durante estas y ojalá en todo momento, lo atinente a la actividad pública, como a los partidos; estos también deberían ocuparse de formar ciudadanos para el fortalecimiento de la democracia, es el conocimiento el que permite elegir con mayor discernimiento. Lastimosamente parece que ni al uno ni a los otros, les interesa que aprendamos a interpretar el ejercicio de la política y los discursos de los políticos.