6 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Todavía huelen los chamuscados al Congreso: Perdedores y Ganadores…

Escrito por Daniela Garzón 

Politóloga e investigadora nacional de la línea de Democracia y Gobernabilidad de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares) 

Razón Pública 

Dos semanas después de las elecciones legislativas y con la primera vuelta prendiendo motores, aun huele a quemados en el balance de los que más perdieron durante esta jornada. 

Después del revuelo que causó la solicitud del Registrador de recontar todos los votos y su arrepentimiento, parece que por fin es posible hacer un balance certero de lo que dejó el 13 de marzo. 

Aunque el escrutinio de los votos en el Senado de la República continúa, ya se declararon los ganadores de las dieciséis circunscripciones de paz y los representantes a la Cámara elegidos en 22 departamentos. Como toda jornada electoral, esta dejó muy pocos ganadores y una lista larga de perdedores, por supuesto cuando se presentan más de 900 candidatos al Senado y más de 1800 a la Cámara eso es apenas esperable. 

Los quemados 

Sobre la base de los datos anteriores, se sabía desde el cierre de inscripción de candidaturas que habría 818 personas que no llegarían al Senado y 1709 que no serían representantes a la Cámara. 

Asimismo, hoy se sabe que de las 168 personas que pretendían revalidar su curul, solo 96 lo lograron, por lo que 72 se quedarán por fuera del Senado y la Cámara entre 2022 y 2026. Teniendo en cuenta las diferencias entre los resultados del preconteo y del escrutinio que ha anunciado la Registraduría, una de las damnificadas sería la actual senadora Esperanza Andrade, quien en principio había logrado los votos para quedarse en el Senado, pero en el reconteo perdería su silla en favor del Pacto Histórico. 

Dentro de esa lista de 72 ‘quemados’ hay algunos congresistas con herencias políticas, investigaciones y cuestionamientos que después de haber estado en el Capitolio, tendrán que buscar otro oficio. 

La lista la encabeza Laureano Acuña, senador del Partido Conservador, que tenía razón en lo que decía en el audio por el que la Corte Suprema de Justicia lo llamó a rendir versión libre en una indagación por supuesta compra de votos, en que necesitaría al menos 70.000 para garantizar su reelección. Se quedó corto con los 60.000 que obtuvo. Acuña también está involucrado en la investigación del caso Casa Blanca por el que condenaron a Aída Merlano, junto con Arturo Char. 

La siguiente en la lista es Daira Galvis, que entró al Congreso como el reemplazo del parapolítico Luis Alberto, el ‘Tuerto’ Gil, en 2007 y desde ahí había sostenido la investidura. Galvis fue avalada por Cambio Radical desde 2010, y es conocida por haber sido abogada de Enilce López, alias la Gata, la empresaria del chance condenada por homicidio e investigada por lavado de activos. Galvis es investigada por la Corte Suprema por presuntos nexos con paramilitares y está en tramite su solicitud de sometimiento a la Justicia Especial de Paz. 

Otro de los perdedores es el actual representante a la Cámara César Lorduy, que falló en su salto al Senado. Lorduy fue la fórmula de Arturo Char en 2018 y es uno de los grandes golpes que recibió el clan Char el 13 de marzo, que perdió otro escaño con José Gabriel Amar y tampoco consiguió que ganara Carlos Rojano Llinás, el exesposo de Aída Merlano avalado por el liberalismo. Lorduy tiene dentro de su historial una acusación por homicidio contra Alicia Ribaldo, una joven de 16 años, en hechos que habrían ocurrido en 1979. Aunque hoy no cursa ninguna investigación por este episodio contra Lorduy, él mismo confirmó que estuvo detenido tres meses, acusado de homicidio culposo, y que la muerte de Alicia “fue un accidente”. 

En esta lista para el Senado también está Nilton Córdoba, líder del clan del cordobismo en Chocó y quien tampoco pudo dar el salto de Cámara a Senado. Contra Córdoba cursa una investigación en la Corte Suprema por su presunta participación en el Cartel de la Toga, pues habría pagado para que se frenara una orden de captura en su contra por delitos que habría cometido como alcalde de Medio Baudó. 

Este conteo podría cerrarse con Álvaro Hernán Prada, un uribista que renunció a su curul para que la investigación por su presunta participación en el caso de manipulación de testigos que se lleva contra Álvaro Uribe pasara a la Fiscalía. Como fracasó en ese intento, Prada intentó volver al Congreso sin éxito. 

Ahora bien, otros perdedores aspiraban a seguir siendo representantes a la Cámara. Uno de ellos es María Margarita Restrepo, que llegó a la Cámara avalada por el Centro Democrático en 2014. En 2018 la Fiscalía compulsó copias a la Corte Suprema por una investigación contra Restrepo por delitos electorales, pues desde su campaña se habrían ofrecido viajes, tabletas y televisores a cambio de votos, sin embargo, al parecer la Corte Suprema no ha abierto ninguna indagación contra Restrepo. 

Otra mujer de la lista, que muestra la decadencia del clan de la Gata, es Karen Cure, beneficiaria de su apoyo electoral junto a su esposo, Giovany Meza. Según La Silla Vacía, Cure y Mesa tienen influencia en la burocracia del Hospital Local de Cartagena. 

También se quemó Humphrey Roa, del Partido Conservador, quien ha sido nombrado en el escándalo del Cartel de la Toga, pues Gustavo Malo era el magistrado que llevaba la investigación de Roa por parapolítica. En la Sala Plena de la Corte Suprema aparecen cinco procesos privados a su nombre. 

Los partidos perdedores 

En el balance no solo perdieron los políticos, también perdieron los partidos. Tres son los grandes perdedores de Senado y Cámara: el Centro Democrático, Cambio Radical y Partido de la U. 

El que más curules perdió fue el partido de Iván Duque, en Senado perdió seis curules y en Cámara perdería nada menos que dieciséis, la mitad de la bancada que había alcanzado en 2018. El siguiente damnificado fue el Partido de la U, que poco a poco ha dejado de ser esa máquina todopoderosa que llegó a elegir hasta 28 senadores y se quedó con apenas 10 curules en Senado, se quemó su cabeza de lista, la deportista Catherine Ibargüen, y en Cámara apenas ocuparía 15 de los 25 escaños que tenía. Finalmente, el último gran perdedor, el partido de Germán Vargas Lleras y de los Char pasó de dieciséis curules a once en Senado, y de treinta a dieciséis en Cámara. 

¿Qué tienen en común los perdedores que empiezan a palidecer frente a los ‘dinosaurios’ conservadores y liberales que después de más de veinte años de no elegir presidente no perdieron mucho terreno ante la victoria del Pacto Histórico? En primer lugar, que los tres perdieron a buena parte de sus grandes electores, ya sea por líos judiciales, porque decidieron no reelegirse o porque migraron a otros partidos. 

En el Centro Democrático el ocaso del liderazgo de Álvaro Uribe no solo por el proceso judicial que enfrenta, sino porque perdió discurso después de que se firmara el acuerdo con las Farc y porque el gobierno de Duque ha sido impopular y plagado de errores se nota demasiado. María Fernanda Cabal se consolida como una electora autónoma, es quien representa el ala más radical del partido y podría incluso formar un rancho aparte porque ya las grietas con sus copartidarios, especialmente por la elección de Zuluaga como candidatos, son evidentes. 

En el Partido de la U la caída no ha sido libre, viene desde el segundo periodo de Santos cuando hizo su aparición el Centro Democrático. Para esta ocasión, el partido perdió a Eduardo Pulgar, que está en la cárcel y le puso sus votos a su cuñada en el liberalismo, a Roosevelt Rodríguez y José Ritter López, dos congresistas con muy buena votación, y sufrió el cambio de Roy Barreras y Armando Benedetti, los bastiones de opinión del partido, al Pacto Histórico. Perder el gran poder burocrático que significaba ser el partido del presidente le ha cobrado una gran factura al partido que hoy dirige Dilian Francisca Toro. 

Por último, Cambio Radical, que ha sido un partido con menos despliegue que los dos anteriores, pero que había logrado los mejores resultados de su historia en 2018. El partido ha tenido que afrontar la desaparición de la agenda pública de Germán Vargas Lleras después de la poquísima votación que sacó en su aspiración presidencial, los recientes escándalos en los que se han visto envueltos Alejandro Char y su familia, la investigación que pesa sobre Richard Aguilar, que dejó a este clan parcialmente fuera de la contienda electoral y mirando hacia el Partido Conservador y el desistimiento de Germán Varón, congresista desde 2002, de volver a hacer campaña. 

En segundo lugar, estos partidos tienen su origen en común en el uribismo, los tres se crearon a la sombra de Uribe o con una clara intención de acompañarlo electoralmente y la debilidad que hoy afecta a esta corriente ideológica que tuvo que renunciar a tener candidato propio, se refleja especialmente en ellos. Centro Democrático y el Partido de la U ya jugaron sus apuestas por Federico Gutiérrez, y seguramente Cambio Radical también lo hará porque la viabilidad de otro candidato es improbable. 

La gobernabilidad 

La entrada del Pacto Histórico al Congreso y la derrota de algunos de los partidos tradicionales tienen una última víctima: la gobernabilidad. Para cualquiera de los candidatos que quede como presidente será muy difícil armar una coalición de gobierno sólida, pues las cuentas no dan. Partidos como Cambio Radical y el Liberal tienen un gran incentivo para seguir siendo independientes, pues saben que sus votos cotizan al alza y que cualquier gobierno codiciará su bancada. 

La U, como es costumbre, ya eligió un candidato al cual acompañar, esperando mantener algún margen de maniobra burocrático. Esa estrategia fue más bien poco efectiva durante estos cuatro años, donde fue parte de la coalición de gobierno de Duque, pero lo vieron como menos que el segundo plato. De hecho, cobraron muchos más réditos los conservadores, que hoy se quedan con una curul más en Senado y cuatro más en Cámara. Un renacer conservador que pocos esperaban, y que está apalancado en viejos electores que se han hecho más fuertes, como los Blel, y en nuevos que expanden su poder, como Carlos Andrés Trujillo. 

En todo caso, para el próximo presidente será clave nombrar en el Ministerio del Interior a alguien con experiencia en el capoteo y la negociación, porque el Capitolio estará muy dividido. Seguramente la famosa ‘mermelada’ volverá a los titulares de prensa, pues no solo por ideas se mueven los congresistas.