3 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Tendencias de la educación superior: El Horizon Report de 2024

Enrique Batista

Por Enrique E. Batista J., Ph. D. 

https://paideianueva.blogspot.com/

Las universidades, por doquier, se encuentran en encrucijadas que amenazan incluso su propia permanencia como institución social, cuya vigencia se remonta a la Edad Media. O se transforman o desaparecen, se ha dicho con reiteración. La misma concepción y estructura envejecida y mantenida, en su amplia a zona de confort, enfrenta una inmensa variedad de presiones y de nuevas y variadas circunstancias que han afectado, desde fuera, su funcionamiento. 

En el caso de universidades privadas, se llegó al límite de los altos costos de matrículas impagables, y a la reconocida dificultad para recuperar la inversión tras obtener un título universitario, el cual ha empezado a perder la vigencia o la declarada y reconocida importancia que en el pasado se le asignó al mismo.  Existe, en paralelo, el desconcierto y desafecto de los jóvenes con las opciones de formación y de vida que les ofrecen las instituciones de educación superior.  Reconocen los jóvenes, además, que el título universitario no les garantiza empleabilidad y tampoco salarios dignos. 

A las circunstancias y hechos anteriores, se suma la reducción en el número de matriculados y la dificultad creciente para conseguir financiación adicional externa. Desde los gobiernos se reconoce y resalta las inadecuaciones que presentan las instituciones de educación superior para que contribuyan a la solución de problemas sociales, al mejoramiento de la producción y a la competitividad de las diversas economías. De vieja data es la separación entre la academia y el sector real de la economía.  

Aparte de la reducción en el número de matriculados y en la correspondiente estrechez financiera, están presentes las altas tasas de deserción y las presiones para incrementar la pertinencia y calidad de los programas. Simultáneamente, con los déficits que empiezan a acumularse y con un horizonte financiero bastante oscuro, deben las instituciones de educación superior recurrir a fuertes inversiones para cumplir con los criterios de acreditación de calidad de sus programas y la adquisición de nuevas tecnologías, siempre costosas y desuetas en muy corto tiempo. Situaciones que son agravadas, en algunos casos, por la ilusión de figurar en los rankings mundiales que, para muchas universidades representan, en lo fundamental, la consolidación de su imagen para atraer nuevos estudiantes y posiblemente también a profesores e investigadores de más alto nivel. También se ha presentado el hecho de que nuevos desarrollos en ciencias y tecnologías pueden tornar obsoletos, incluso a los nuevos programas en un tiempo muy corto.   

La consolidación de la educación como un derecho fundamental ha apuntalado cada vez más el reclamo de una educación universitaria gratuita, o de matrícula cero como también se le denomina, lo cual ha llevado a que muchos de los estudiantes que antes podían recurrir a la educación privada hoy lo hagan a las instituciones públicas, las que a su vez están impropia y débilmente financiadas.  

Miramientos y hechos como los anteriores son considerados en el Horizon Report de 2024. Este informe presenta siete macrotendencias que han surgido y que continúan emergiendo en la educación superior. Se identifican siete; cada una de ellas centrada sobre el impacto en tres campos: Fuerza laboral, cultura y tecnologías.  (El lector podrá encontrar una versión breve y la extensa aquí: https://shorturl.at/klp25,  https://shorturl.at/cjlLM).  

1.  Creciente necesidad de seguridad de los datos y protección contra las amenazas a la privacidad personal. Amenazas como el phishing (engaños para acceder a información confidencial), el ramsonware (secuestro extorsivo de datos) y las exigencias crecientes de la ciudadanía sobre la seguridad y privacidad de la información personal, ha llevado a que, en algunas instituciones, en ambientes cada vez más complejos, se hayan creado comités y grupos especializados, que antes no eran necesarios, para la seguridad informacional. De ahí se han derivado cambios en la cultura institucional, la necesidad de  cualificación de diversos grupos en las respectivas comunidades educativas, elaboración de planes estratégicos con énfasis en ambientes de cero confianza y la implementación de redes DMZ (cual zonas desmilitarizadas) para la protección de sus propias redes internas. Todo esto implica procesos amplios de cualificación laboral, a la vez que costos adicionales, entre otros, como la actualización permanente de tecnologías frente a inminentes y cada vez crecientes riesgos que corre la información y el patrimonio institucional. 

2. Las demandas para arreglos de trabajos con las metodologías híbridas y remotas. Hoy muchas instituciones han tenido que recurrir a la programación de cursos y emplear parte de su nómina de empleados para el trabajo flexible, híbrido y remoto, buscando, a la vez, mantener o incrementar la productividad y satisfacción de los empleados, en especial en aquellos campos laborales en los que es difícil conseguir personal cualificado. Así, se han desarrollado nuevas políticas y reglamentos para encontrar puntos de equilibrio frente estrategias laborales y para la enseñanza y el aprendizaje, en las que las universidades han carecido de experiencia. Siguen todas ellas con el reto de encontrar el debido y propio balance, frente a las tensiones que el súbito cambio ha creado, para asegurar resultados óptimos. Concurre también la necesidad de adoptar las tecnologías apropiadas para los ambientes de trabajo híbridos y remotos, y el rediseño de ambientes de aprendizaje y de enseñanza que consoliden estas opciones laborales y de estudio.  

3. Más apelaciones a la toma de decisiones y a informes basados en datos. Existe, en general,  en el mundo laboral la presión para la toma de decisiones apoyadas en la analítica de datos, lo cual en los contextos universitarios ha llevado al surgimiento de nuevos liderazgos y nuevos roles y puestos de trabajo,  creando presión adicional sobre el presupuesto e intensificación de los reclamos de los directivos universitarios para alcanzar mayor efectividad institucional en la toma de decisiones, informadas y mejoradas, que produzcan un impacto positivo en los logros de los estudiantes y se incremente la eficiencia y, en general, los resultados institucionales. Se complementan estas decisiones con el mismo proceso continuo de actualización de la infraestructura tecnológica que permita tener sistemas y herramientas apropiadas y amigables para la enseñanza y el aprendizaje en las modalidades presencial, híbrida y en línea.  

4. Mayor atención al bienestar y la salud mental de todos en la comunidad universitaria. Las modificadas vertientes de la gestión universitaria han llevado a que en las instituciones se ponga mayor énfasis en la salud mental y el bienestar general de todos, con ampliación de los servicios prestados, no sólo referidos a la salud física, sino también a la mental. Se crea una cultura en donde el bienestar institucional es parte esencial de la vida universitaria, incrementando la conciencia sobre la importancia de esta. Hoy, para muchas instituciones, esta es una meta muy importante, pero que en el presente representan apenas una opción necesaria de difícil cumplimiento debido a los costos que implica, entre otros, la vinculación de personal en ambientes de estrechez presupuestal. 

 5. Mayores esfuerzos para crear entornos y experiencias equitativas e inclusivas. No han sido ajenas las instituciones universitarias para instituir ambientes y experiencias que favorezcan la inclusión y la equidad, apoyando la diversidad cultural y crear una cultura que las favorezca, consideración que se extiende a los contenidos programáticos en los cursos. Algunas tecnologías se han empleado para alcanzar las metas correspondientes. 

6. Esfuerzos crecientes hacia la transformación digital y la resiliencia institucional. Como bien puede inferirse de lo expuesto hasta ahora, los esfuerzos de transformación digital para una resiliencia institucional son de alta prioridad. En el contexto actual, los profesionales de tecnologías de la información tienen un papel más amplio y continuo para esa transformación, para la resiliencia institucional y la creación de una cultura que, con el apoyo de tecnologías apropiadas, fomente la eficiencia y la promoción de la innovación de modo que las instituciones universitarias permanezcan ágiles y competitivas.  

7. Mayor atención para mejorar el aprendizaje híbrido y en línea. La vigencia e importancia de esta tendencia se puede observar en las seis mencionadas arriba, en especial en la segunda. La ampliación o redefinición de roles laborales dentro de las universidades ha sido un resultado de la crisis de la pandemia del COVID – 19 y, con ella, del empleo de estrategias y de plataformas digitales para la enseñanza remota y el crecimiento de los ambientes de aprendizaje flexibles. Esta situación, de aparición súbita, ha implicado, e implicará, para muchas universidades, la necesidad de invertir recursos monetarios y humanos adicionales para mantenerse dentro de la tendencia con sistemas informáticos actualizados que permitan asegurar procesos de enseñanza y de aprendizaje efectivos en cualesquiera de las modalidades.