4 mayo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Roy Barreras y Gustavo Petro haciendo hostias…

@petrogustavo @RoyBarreras

¿Quién tiene la razón en el escándalo que se armó por el caso de Bernardo Ramírez Blanco, hermano de la vicepresidenta, condenado en enero de 1998 en Estados Unidos, pero que fue conocido por la opinión pública 23 años después?

El revuelo se produjo una vez se supo que la vicepresidenta, en compañía de su esposo, el empresario Álvaro Rincón, pagaron una fianza de $150.000 dólares para que el hermano quedara en libertad mientras el proceso judicial avanzaba, que tuvo como resultado final una condena de casi cinco años de prisión.

El caso, que estuvo oculto durante 23 años, salió a la luz pública este jueves, a través del portal La Nueva Prensa, con información que incluye los documentos del sistema judicial de EE. UU.

Como es lógico, por tratarse del hermano de la mujer que ostenta el segundo cargo más importante del país, surgieron voces a favor y voces en contra.

Pero llama poderosamente la atención que sean los senadores Roy Barreras y Gustavo Petro, modelos de la ética y de la transparencia, quienes salgan a pedirle la renuncia a la vicepresidente Martha Lucía Ramírez.

Roy Barreras, senador del Partido de la U, consideró le hecho una vergüenza para la imagen de Colombia, y le dedicó varios trinos rechazando lo sucedido. “Que los asesores norteamericanos que vienen a Colombia a ayudar a desmantelar las redes de complicidad y complacencia con el Narcotráfico lleguen directo a la Vicepresidencia de Colombia”, dijo.

Si bien Barreras no desconoció que la vicepresidenta Ramírez no tenía la culpa de “tener un hermano narcotraficante”, sí apeló a que antes de hacerse elegir debió hablar con transparencia del mencionado asunto. La tachó a ella y al expresidente Álvaro Uribe Vélez de tener “doble moral”.

“La vicepresidente Marta Lucía Ramírez no tiene la culpa de tener un hermano narcotraficante condenado, pero sí de esconder ese otro fantasma a los colombianos mientras persiguen y fumigan humildes campesinos. Doble moral de vicepresidente y expresidente”, trinó.

Y Gustavo Petro, quien no ha sido capaz de explicarle a la opinión pública el famoso video en el cual aparece empacando fajos de billetes en una chuspa de papel, salió a pedirle la renuncia a la alta funcionaria.

“La sede del narcotráfico no es la choza del campesino al cual fumigan, golpean, disparan desde fusiles del Estado, al que sindican y llevan a las cárceles. Ahí no está la sede del narcotráfico, sino en el Congreso de Colombia, en los clubes sociales, en los Gobiernos. Muchos presidentes han pasado por la historia del país haciendo nexos para comprar votos, controlar electorado, con el narcotráfico. Y esa alianza es la que sustenta la oferta de cocaína de Colombia al mundo”, afirmó.